Esta página nace para complacer los deseos de mis incontables y susceptibles seguidores, quienes no podrían vivir sin sus indispensables relatos, apoyados en décadas de estudio y maestría en diversas disciplinas (bah, todas en realidad). Ellos saben que nadie como yo puede contarles, y explicarles (en un léxico a la altura de su comprensión, para lo cual tengo que rebajarme bastante) (y hasta cometo adrede algunos errores de ortografía, para que no se vean tan inferiores), cómo son las cosas en las lejanas comarcas que tengo en suerte visitar. De mas está aclarar que confían ciegamente en todo lo que les transmito, y obviamente nunca se les ocurre intentar verificarlo por la whiskypedia, opiniones de terceros, y mucho menos apelando a su decadente experiencia personal...

junio 18, 2011

Último día en Londres

16/02/09

Nos despertamos tristes porque vimos en las noticias que al “boy father” (así lo llaman en los diarios), un pibe de 13 años que acababa de tener una hija con su novia de 15 años, se le complicaron (o aliviaron, según quien lo mire) las cosas porque aparecieron otros dos niños, uno de 14 y otro de 16, que dicen ser los padres… Al parecer van a hacer un ADN de todos (en serio, no es joda, comparte la tapa de los diarios con noticias como los despidos masivos de las fábricas de Minicooper y de la cadena Kentucky fried chicken, etc) (igual, le dan mucha importancia a la crisis, todos los días hay algún reporte acerca de los continuos despidos, y hablan de una recesión de al menos 3,5 %). Bueno, después de esas tristes noticias, desayunamos nuevamente el glorioso y aceitoso Big Ben, y salimos para Westminster Abbey. Nos pareció impresionante su tamaño, y la gran cantidad de tumbas altamente ornamentadas de reyes, poetas, artistas, etc (también están las de Newton y Darwin) Realmente hermoso, y además el aparatito de la audioguía era más moderno que los de los lugares anteriores, ya que también tenía videos de las cosas que no se podían ver de cerca (pero no los usamos mucho de todas maneras). No sigo con la abadía porque es muy largo el relato.

Al salir de la Abadía, intentamos entrar a las casas del parlamento, que están al lado, pero lamentablemente estaban cerradas esa semana, y sólo podían entrar los que tenían entradas sacadas con anticipación (nos dormimos en no conseguirlas), así que avanzamos a nuestro siguiente destino, el museo británico. Al llegar a la entrada ya se va dando uno la idea de lo que va a encontrar adentro, evidencias del verdadero poder que tuvo el imperio británico durante tantos años, lo que les permitió traerse templos enteros desde los rincones más remotos de la tierra. Tienen de todo, medio Partenón, el templo de Artemis, el mausoleo de Halicarnaso, estatuas de todo tipo (no tienen al David de casualidad), momias, esfinges, miles de estatuas indias (quien sabe si habrá quedado algún buda en India, porque vimos como 20), cachos de paredes de palacios, armaduras chinas, koreanas, ponjas, iraníes, qué sé yo, de todo. De tanto ver esas cosas, que por separado son tesoros únicos, a uno le termina pareciendo que son una basura, y les terminamos pasando por al lado como si estuviéramos en un puestito del Once. Lamentablemente no tuvimos tiempo (ni ganas de pagar las 8 libras que salía la entrada) para ver la exposición de Babilonia, que estaba en la biblioteca central, la cual supuestamente es hermosa, pero bueno, todo no se puede…). Además, justo en medio de esa visita estuvimos peleándonos un poco con María (por boludeces, como siempre), y eso nos hizo perder más tiempo, así que decidimos escapar para nuestro siguiente destino, el museo de cera.
Y ahí estábamos, en el museo de Madame Toussaud, con la entrada más cara de todos los lugares a los que habíamos ido (y seguramente será la más cara del viaje, 20 libras), ingresando al primer salón, en el cual están los famosos actuales de la farándula (beckham, Harry potter, Tom Cruise, Kate Moss, etc), que la verdad no parecían tan reales como nos lo habíamos imaginado, así que, al menos yo, ya estaba puteando, pero paulatinamente se me fue pasando la bronca a medida que iban pasando los salones, todos con un tema en particular (deportes, música, política, ciencia, religión, cine, música, etc), y nos íbamos sacando las típicas fotos con las estatuas. Terminó siendo un paseo muy entretenido, y largo (eso no lo esperábamos), incluyendo una especie de tren fantasma, pero sin tren, y un paseo en autitos con forma de taxi londinense en el cual se hacía un recorrido por la historia de la ciudad. Veredicto final: valió la pena, y estuvo bueno.

Al salir de allí enfilamos rápidamente para el museo de ciencias (al cual nos habían prohibido el acceso hacía 2 días a causa del horario), y llegamos justo 5 minutos antes de que cerraran la puerta (después de echarnos un pique de 450 metros aprox…) Felices por haber llegado, comenzamos el recorrido, admirando las exposiciones de la evolución del transporte, y de la carrera a la luna, etc, pero la felicidad nos duró poco porque a los 10 minutos escuchamos que ya se estaban preparando para cerrar, y a pesar de que intentamos escabullirnos hasta los pisos superiores para durar el mayor tiempo posible adentro, notamos que su organización era perfecta, ya que habían guardias en las escaleras que nos impidieron el acceso (también en los ascensores). Así que tuvimos que contentarnos con la planta baja, y con el gift shop, que tenía cosas interesantes, pero medio carelli, y además también nos rajaron antes de que pudiéramos decidirnos por nada. Al menos nos fuimos con la idea general de cómo era el museo (muy similar al museo de historia natural), y habiendo sacado algunas fotos.

Cansados y ligéramente cabizbajos por la especie de derrota, a eso de las 18 (ya de noche), decidimos tomar nuevamente el subte para recorrer la calle Fleet, donde se encuentra la corta suprema de justicia (en un edificio impresionante), una antigua iglesia templaria, y varios bares tradicionales. Sacamos fotos y luego partimos nuevamente en subte hacia la torre de Londres, para ver si se podía ver la ceremonia de las llaves, algo que habíamos leído en una vieja guía de Londres, pero al parecer no estaba mas, así que decidimos caminar (mucho), en busca del Globe Theatre, una reconstrucción exacta del teatro de Shakespeare, que creo se quemó en algún incendio de Londres. Durante el recorrido cruzamos el Tower Bridge, y pasamos por muchos barcitos muy lindos. Al llegar, no hicimos mucho mas que sacar un par de fotos y partir, ya que estaba cerrado, y además porque hacía rato que quería ir a algún baño a hacer pis. Así que cruzamos otro puente, y aproximadamente 20 minutos después encontramos una cabina de baño público, en la cual pude aliviar mi sufrimiento por tan solo 20 peñiques (fue muy raro, la puerta se abrió como una nave espacial al poner la moneda, y después, al salir y cerrarse nuevamente la puerta, se activó el sistema de autolimpieza, que deja el lugar limpio para un nuevo uso).

Para finalizar la visita, decidimos pasar una última vez por picadilly circus (nuevamente el subte, al cual le sacamos todo el jugo posible), y allí cenamos en un típico pub inglés, en el cual logré que María tomara un poco de cerveza guinness. Terminamos la noche con una pasada por el minisuper, donde compramos algunas provisiones para el desayuno del día siguiente, en el cual partiremos hacia París.

Besos a Todos.

PD: Hoy se desmintió parcialmente la teoría de una Londres vacía durante el día, ya que en los barrios que visitamos había bastante actividad de ingleses.

PD2: Agregamos a muchos mas a la lista, si falta alguien, avisen, y si alguien se aburre y no quiere recibir mas los reportes, no nos diga nada, estamos sensibles y nos pondríamos muy tristes, así que usen el botoncito de delete y listo, cuando volvamos finjan que no se acuerdan y quedan como unos duques/esas.
 
PD3: Gracias a todos por sus respuestas, nos alegraron mucho.






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