Día 0 - Volviendo al ruedo

Lamentáblemente llegó el fatídico día, el sólo pensar lo que implica me deprime... preparar las valijas, organizar excursiones, adentrarse en territorios desconocidos y probablemente inhóspitos, volar... dejar el laburo por un lapso prolongado... no poder ver a Tinelli... sí, un sufrimiento tras otro...lo único que le queda a uno es agachar la cabeza y darle para adelante, no hay otro modo de soportar tan tremendo calvario...

Y buaaaaa, en ese estado de mental me dispuse a juntar un poco de ropa y preparar, realmente con un nivel de improvisación que asombraría hasta el mejor hiphopero neoyorquino, lo que será, en mi caso, otra incursión turística en tierras extranjeras, y un nuevo ensayo de esta terapia viajera que consiste en escribir este mi diario de viaje, usando las expresiones más rebuscadas que se me ocurran (debo admitir que estoy oxidadísimo, pero estimo que la cosa mejorará con el correr de los días...); y, en el de ustedes, la oportunidad recurrente que la providencia les brinda para escapar de esas inconsecuentes lecturas rutinarias y acceder a material de primera categoría y única prensada (si lo expresamos en dialecto oleoso). 

El presente viaje despliega algunas novedades con respecto a los anteriores, radicando la primera en que, además de un fin turístico, también tendrá otro educativo (si, ciertamente el turismo puede ser visto como una fuente de adquisición de conocimientos y engrandecimiento mental, pero en este caso me refiero a estudiar), específicamente aplicado al perfeccionamiento de mis aptitudes en el terreno de la lengua del pueblo Galo, lo que demandará como mínimo 3,5 horas diarias de cursada en la Alianza Francesa de Toulouse. Si, sé que me compadecen.

La segunda particularidad consta en el sistema de hospedaje, ya que, en lugar de apelar a un hotel o símil, seré acogido en casa de familia, recibiendo los seguramente cuidadísimo tratamientos de Mme Sophie Grabielle, mi nueva "madre" francesa (no te pongas celosa Walter, es una forma de decir). Obviamente habrá tiempo más adelante para ahondar en los pros y contras del mencionado sistema, así que por ahora les dejo las fotos que me envió mi hospedadora, donde también se puede apreciar la que será mi habitación.

Considero que fué suficiente como introducción al viaje, ya que, siendo las 16:10 hs, con dolor en el alma debo dejarlos, ya que es momento de terminar el Juancito Caminante que me acompañó en esta aeropuértica espera, mientras de paso aproveché para ver un entretenido CUBA vs Duendes (gracias de nuevo Walter por la extensión de tarjeta, y aguante la adolescencia indefinida!), y de subirme al avión.