Esta página nace para complacer los deseos de mis incontables y susceptibles seguidores, quienes no podrían vivir sin sus indispensables relatos, apoyados en décadas de estudio y maestría en diversas disciplinas (bah, todas en realidad). Ellos saben que nadie como yo puede contarles, y explicarles (en un léxico a la altura de su comprensión, para lo cual tengo que rebajarme bastante) (y hasta cometo adrede algunos errores de ortografía, para que no se vean tan inferiores), cómo son las cosas en las lejanas comarcas que tengo en suerte visitar. De mas está aclarar que confían ciegamente en todo lo que les transmito, y obviamente nunca se les ocurre intentar verificarlo por la whiskypedia, opiniones de terceros, y mucho menos apelando a su decadente experiencia personal...

mayo 22, 2014

Día 19:TNT y buenas noticias

Día 19:TNT y buenas noticias
Comencé mi día con la firme idea de volver a frecuentar mi querido jardincito, ya que Pocho había retornado a los cielos (tal como lo había predicho Sophie, declarándome que el viento y las nubes desaparecerían después de la lluvia), pero al parecer la vagancia de éstos franchutes ultravacacioneros fue demasiado fuerte, impidiendo que se dignaran en abrir las rejas del mismo, de modo que tuve que contentarme nuevamente con el obelístico trayecto.
Como ya les había anticipado, hoy era día de examen, por lo cual la jornada escolar pasó ligeramente más rápido que lo habitual, y realmente sin mayores contratiempos (porque la prueba fue tranca), llegando la hora del almuerzo casi sin ser esperada por mi generalmente ansioso estómago. En esta oportunidad, a pedido de Raquel, principalmente para disfrutar del delicioso sol que nos ofrecía generosamente sus amables rayos, decidimos (el grupo estuvo constituído por: Raquel, Matthiew, un yanqui cuyo nombre aún desconozco, et moi)  almorzar en la terracita de un barcito ubicado casi en la céntrica esquina de la plaza Wilson. Personalmente creo que fue una elección excelente, ya que pudimos disfrutar del sol, la vista, y unos interesantes sandwichs (no tan ricos como los de MI boulangerie, pero buenísimos igual), estando compuesto el mío por atun, lechuga, tomate y mayonesa). Es notable como, gracias a estar tan al dope, uno puede relajarse verdaderamente y disfrutar de no hacer verdaderamente nada, charlando de boludeces filosóficas, planes locos, o simplemente de lo  cotidiano. Bah, es notable para mí porque soy de esos boludos que normalmente viven apurados, tratando de optimizar cada momento para llegar temprano a quién carajo sabe dónde, generalmente sin frenar y verdaderamente darme cuenta que viviendo así es como te pasa justamente “la vida” por delante sin que te des cuenta… Pero bue, uno siempre se propone cambiar cuando está de vacaciones, y al volver al final todo sigue igual… La cosa es que estos pibes la tienen muy clara, aprovechando su juventud para viajar de verdad, por todo el mundo, aprender otros idiomas, y laburar un poco pero para sobrevivir nomás. Los trabajos “serios” y la vida rutinaria la tienen programada para más adelante. Unos capos… los envidio no muy sanamente (aunque tampoco me quejo mucho de lo mío, eh, peor es ser ustedes, allá con lluvia y frío…).
Terminado el almuerzo me despedí de Raquel y del yanqui, y encaré, con la guía del experimentado inglés Matt la búsqueda de algún cibercafé (la cual rindió frutos después de no pocas cuadras), con el firme objetivo de imprimir el ticket electrónico para un emocionantísimo evento deportivo del cual les hablaré a continuación. Se trata ni más ni menos que de la final del Top 14 (campeonato de rugby franchute), la cual se llevará a cabo el sábado 31 en el Stade de France (París), enfrentando a los equipos de Castres y Toulon, en lo que será una revancha de lo ocurrido el año precedente, en la cual se consagró el Castres. Pero eso no es todo, ya que, además de ser la final, y de jugarse en semejante marco, la frutilla del postre viene del lado que se tratará del último partido profesional de una leyenda viviente del rugby, el gran Jonny Wilkinson, considerado por muchos tal vez como el mejor apertura de todos los tiempos (sólo porque esos muchos no me vieron jugar a mí, pero les perdono la ignorancia), lo que no es poca cosa teniendo en cuenta que gran parte de su carrera se la pasó de operación en operación a causa de las numerosas lesiones que sufrió (y, a los habilidosos nos pasa eso, la envidia de los rústicos se traduce en sendos golpes desleales y a destiempo…). De nuevo, difícil es explicarlo a quien no sabe de rugby, y está de más hacerlo para los que tienen como mínimo algo de idea, así que solo me resta incluír que todavía no puedo creer el orto que tengo de estar justo en París en ese preciso día. Y no puedo dejar de agradecerle a mi hada madrina rugbística quien me alertó a tiempo sobre la existencia y la correcta fecha de dicho evento.
Impreso ya el glorioso papel (que me permitirá cambiarlo en el estadio por el verdadero billete), me subí a una bici y rumbié nuevamente para la zona del centro, donde Astrid tenía preparada una nueva actividad cultural, tratándose esta vez de una visita al interesante (pero nada explosivo TNT, o Teatro Nacional de Toulouse (a estos tipos les gustan más las siglas que a los yanquis). Obviamente no se trató de algo suuuuuper especial, pero la verdad estuvo bastante copada la visita, teniendo la chance de, más allá de pasar por la modernísima sala principal (bah, todo el teatro es muy moderno y por ende está diseñado para tener una  funcionalidad muy eficiente), sino también conocer el detrás y debajo de escena, los camarines, salas de utilería y vestuarios, de ensayos, etc, etc, etc. Más allá de eso, lo que más me interesó fue enterarme de que acá en Francia todos los artistas pueden acceder a un sistema de sueldos llamado “de intermitencia”, que les permite, además de cobrar sus cachets cada vez que hacen algún laburo, cobrar un sueldo mensual fijo, por más que no hagan un joraca justo ese mes. Al parecer la idea es darle cierta tranquilidad a los artistas para que justamente se puedan enfocar 100% en ser creativos, sin tener que buscar otros laburos para mantenerse. Igual, la cosa no es tan fácil como parece, ya que para devenir “artista” y empezar a cobrar ese sueldo hay que como mínimo cumplir una cantidad fija de horas de cachet garpo, y eso hay que renovarlo todos los años, sinó a la lleca.
Terminada la visita, y después de sacarle una fotito a un cartel que decía Gaumont y me recordó mucho al querido y cercano cine de plazacongrésica ubicación (ah, tb saqué una foto a un mural de Claude Nougaro), decidí enfilar mis pasos hacia las conocidísimas, y hasta el día de hoy esquivas, Galerías Lafayette, ubicadas a pocas cuadras del teatro, y de la plaza del capitolio. Miento, antes pasé por una completísima óptica, en la cual me hice finalmente los anteojos que tanta falta me hacían (la verdad es que no estoy viendo una mierda en la clase…)  (tenía la receta en la mochila desde hace meses, así que decidí: ma sí, me hago unos buenos anteojos careta acá, y vuelvo bien maraca intelectual a la Argentina), aprovechando de paso una promoción para llevar tb un par de lentes de sol de regalo (seee, un regalo bárbaro con lo que me salieron los primeros, pero bua…). Volviendo al tema de Lafayette, no en vano había preferido no visitar dicha tienda anteriormente… la verdad es que es un afano increíble, presentando tanto las marcas importadas como las locales unos precios tan increíblemente altos que hasta llegaban a ser irrisorios, especialmente porque tenían cartelitos pegados de 40 o 50 % de descuento, cosa que no parecía condecirse para nada con el número que aparecía al lado del signo de euros… Lo que sí disfruté tranquilo fue la generosísima vista que ofrece desde su bar terraza, desde donde aproveché para tomar algunas fotillas mientras me clavaba una refrescante cocucha (regular, porque no tenían cherry).
Al salir, siendo ya casi las 6 de la tarde, teniendo un poco resentido mi casi inexistente sentido de las compras (activable solo en vacaciones), tuve que mandarme para el Zara más cercano con la idea de encontrar algo a un precio más accesible para los mortales, y quiso Fortuna que me encontrara allí con Amanda, con quien compartiéramos la tartiflette y el vino español hace unos días, quien tuvo la magnífica idea de ofrecerme aprovechar del generosísimo 15 % que ella posee de descuento por ser empleada de dicha sucursal, regalo del cual agradecidamente haré uso en los días venideros.
Regresé a casa feliz en extremo por todas las novedades, y también porque encontré abierto el querido parquecito, eventos que festejé con una tardía meriendo de Nutella y leche, para luego cenar junto a Sophie y Paul una deliciosa combinación de ensalada, pescado a la cacerola, quesos (se sumó uno vasco de puta madre), cervecita negra (hoy traicioné al vino), y una impresionante tarta de cerezas, de la cual no me acuerdo el nombre franchute, pero sí tengo muy presente que tuve que moderarme para no tragarme las cerezas con carozo y todo…
Bueno, los dejo porque tengo que preparar el bolsito para mi viaje de mañana. Que los viernes curse cadorna, decreté que los fines de semana son todos largos!






















4 comentarios:

  1. No se porqué se borró todo. Menos mal que ahora me ponen número para poder publicar. Ahora no se que pasó.
    Gordi sabemos que sos mi preferido, pero no lo digas en vos alta por tus hermanitos.
    Hermoso el teatro que conociste y todos sus lugares. Acá no lo hacés no por falta de tiempo, sino por fiaca.
    Galerías Lafayette son muy caras (y para mi gusto feuchas). En cambio en Zara (conozco la de Paría) hay cosas muy lindas. Aprovecha el descuento.
    Adonde vas el finde?. Besos de tu ma que te quiere muchoooooooooooooooo

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Las Lafayette de acá son bastante chetas, eh, no son feas para nada, bah, los precios sí son fieros...

      Eliminar
  2. Cristina: yo opino que tendrías que viajar a controlar a Sofie, porque no lee el blog. Ver el cambio de manteles y si le deja la comida en la heladera.Imperdonable. Juanpi: Se va aproximando el momento en que te veamos vestido y con anteojos bien pero bien afrancesado. Para saber el destino del finde tendremos que esperar. Besos. Hermoso todo lo que vivis. Graciela.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Sophie lee el blog eh, y comida obviamente me sobra, jajajajaja.

      Eliminar