Arrancó así otra jornada, con ducha y desayuno habitual (adjunto foto), para partir luego hacia el centro, pasando siempre por el apacible y vecino parque, que ya pasó a ser una necesidad más que una parte del camino (debo admitir que me gusta mucho, tanto para el inicio de la jornada, como para su terminación, el poder pasear por sus senderos tranquilos, circundados por esa vegetación copiosa, todo animado por el canto de los pájaros). Aproximadamente a 1/3 del camino, más precisamente a la altura de la Mediateca José Cabanis (lugar de trabajo de Sophie), intentamos, sin éxito, activar mi tarjeta de bici toulousana-macrista, de modo que Sophie decidió dejarme sacar una con la suya (después veremos cómo hacer funcar mi tarjeta). Bicíclicamente montado descendí lo que restaba de la colina (Jolimont se llama), llegué al centro, dejé la bici (siguiendo atentamente las instrucciones, porque si la enganchás de forma incorrecta después te la pueden afanar, y hay que pagar 150 euros de multa), y entré a tomar la clase.
De nuevo, mucho no diré de la misma, sólo que me hice amigo de una de las chinas (u de otra), a la cual la verdad no le entiendo una mierda (pobres, realmente sebe ser un bolonqui para ellos aprender las lenguas occidentales), pero igual logramos hacer unos cuantos ejercicios juntos con éxito. Como luego de la cursada, a eso de las 14 horas arrancaría una visita guiada por la ciudad, organizada por la Alianza (gratuita… bah, el curso hay que garparlo, donc…), decidí antes encontrar un lugar para sacarme fotos carnet, las cuales necesitaba para que me confeccionen la tarjeta de estudiante, la cual me valdrá una enorme variedad de descuentos y beneficios (que serán comunicados cuando sean comprobados…). La tarea no fue fácil, pero al cabo de unos 45 minutos logré encontrar el lugar que me habían marcado en el mapa, y felizmente tuve éxito con la cabina automática que sacaba las fotos (super yanqui la cosa, pero en francés…). Alegre en exceso, regresé a la plaza del capitolio para comerme mi merecido almuerzo, unos sandwichs de mousse de pato y camembert (obviamente todavía me queda de lo que compré ayer), que, más allá de que estaban buenísimos, ahora que soy un gourmand francés debo decir que en realidad no está muy bien pensado el maridaje, ya que los dos sabores compiten entre sí en lugar de complementarse… Se, seguro… También aproveche para hacer unas preguntas sobre la el tema de la bici, pero no me supieron responder, y para flanear un ratito, pasando por una angostísima callecita en la cual había un local de cosas argentinas llamado Caminito (qué manera de robar con esa mentira de la Boca…).
A eso de las 14 arrancó la visita, siendo los participantes de tan variados países como mi curso, pero con la diferencia que poseían diferentes niveles, de modo que había muchísimos que, por la expresión boquiabiértica de sus caras, denotaban no entender una goma de lo que nuestra enérgica guía, llamada Astrid (¿?) nos transmitía. Ah, una cosa aparte, en el curso todo el mundo me pregunta: “sólo un mes te quedás?, es muy poco”… si, el 80 % está acá desde hace más de 6 meses, y planean seguir así (supuestamente buscando trabajo, entrar a la universidad, etc…).
Lo primero que nos contó Astrid fue la historia de la ciudad (tiene 2000 años, los edificios con ladrillos están desde el 1300 al menos, etc, etc), e inmediatamente nos metimos en la Alcaldía, en la cual nos mostró muchas obras de arte interesantes, como una pintura que retrata el primer concurso de poesía (de 1300 y monedas) (el cual Víctor Hugo ganó 3 veces luego) (obviamente no el yorugua), un cuadro de Minerva o Atenea, Deidad de la ciudad, otro de una visita del papa Urbano quien sabe qué número (hubo muchos urbanos, bah, que de urbanos no tenían una mierda), en la cual ya se ve una especie de papamóvil, y el busto de Marianne, el símbolo alegórico de la República Francesa (el cual tiene la particularidad de estar basado en mujeres famosas (y obviamente bellas) de la época, como Catherine Deneuve, Brigitte Bardot, Laetitia Casta, etc). Después pasamos por numerosas plazas e iglesias (bastante grandes son estas últimas) (bah, el tema es que las plazas acá son muy pequeñas, más chicas aún que Plaza Serrano), aprendiendo de arquitectura y un poco de Historia. Me interesó todo lo relacionado con Pierre Paul Riquet, el impulsor del Canal Du Midi, quien, a la época de Luis XIV (le roi soleil, el de “el estado soy yo”) no sólo concibió semejante obra, sinó que también la financió (porque el rey estaba muy ocupado haciendo Versailles). Al parecer su familia quedó en la ruina, pero después, con los impuestos que empezaron a cobrar, se llenaron la cajita para toda la cosecha… (y los hp se llenaban la boca con el verso de la libre navegación de los ríos cuando nos vinieron a joder con la Vuelta de Obligado… aguanten Rosas y Mansilla mierda!).
Pasamos también por la mejor patisserie de la ciudad, por el Pont Neuf (que en realidad es el más viejo) (ah, hay una zona de la Garonne que se puede cruzar a pata…), y finalmente por el convento de los Jacobinos, que se instalaron en la zona para expulsar a los Cátaros (creo que hasta le llamaron cruzada y todo), quienes, si mal no recuerdo, eran una secta que creía en cosas raras y probablemente disfrutaban de la sodomía, así que estuvo bien que los quemaran a todos y destruyeran sus castillos, etc, etc. Parece que ya era un sinónimo de ser jodido el apodo de jacobino, bastante antes de Rousseau. Fiel a su estilo, el convento era sobrio en extremo, pero poseía un claustro muy interesante, con un jardincito copado y un par de capillas, actualmente utilizadas para conciertos de Jazz, que tenían una acústica impresionante (parecía que Astrid tenía un megáfono cuando hablaba ahí. Ah, también pasamos por un hotel en el cual no sé qué familia rica Argentina (bemberg o algo así) expone su colección de arte, y por otros hoteles (acá le dicen hoteles a las minimansiones de ciudad, bah, nuestros petit hotels) en los cuales pudimos apreciar el color azul pastel de los postigos, típico de la ciudad, el cual al parecer era único en el mundo hasta la aparición del índigo.
Puf, me fui de mambo (y muero de sueño, así que, ya saben chu…enla, voy a abreviar). Me despedí de Astrid, a quién le pregunté dónde encontrar la “boutique” del Stade Toulousain, y hacia allí fijé mi rumbo, paseándome así entre el variadísimo (y casi en su totalidad de mal gusto) merchandising del equipo de rugby local. Obviamente no compré nada (aún), principalmente por el tema de mi tarjeta, pero como me conozco, sé que volveré, seguramente para comprar la cosa más fea que haya, y después no usarla nunca.
Se hacía tarde (cerca de las 18), así que decidí volver a casa sin mayores expectativas, cosa que por suerte no se cumplió, porque de camino encontré una licorería en la cual vendían el inencontrable Jack Daniels Honey, al cual seguro le entraré sin dudarlo, no me importa el precio (creo que últimamente no tengo una afición por el whisky más fuerte que por ninguna otra cosa… si… no creo que a la larga la cosa termine muy bien, pero el recorrido va a estar buenísimo…).
Una vez en casa (bosquecito tranquilizador mediante… ah, encontré también otro jardín, más salvaje aún, y escondidísimo, se entra por una puertita, y de repente es una manzana de bosque bastante tupido, algo así como el lugar privado en el cual se meten Julia Roberts y Hugh Grant en Notting Hill, muy copado), descansé sólo un rato, porque después tuve que ponerme a hacer la tarea (el trolo del prof nos manda hacer redacciones todos los días… si supiera el tiempo que pierdo escribiendo esta bosssssta), y después llegó el tiempo de la cena (me olvidé de contar que, además de cenar temprano, tipo 19:30, acá la cena dura bastante, al menos 1 hora o 1 y media tardamos, por el tema de la variedad y la conversación…). En esta oportunidad, además de la deliciosa comida (ensalada de pepinos y rabanitos de entrada, bacalao con cebollas, tomate y arroz de principal, variedad de quesos –dos de cabra diferentes, uno de quien sabe qué, y un Gouda, que me hizo notar que el que nosotros conocemos como Gouda no es Gouda ni a palos…- uno más rico que el otro, acompañados obviamente por el pancito y un rico vinito blanco – ya ni intento aprender el nombre de los vinos, es cómo con los quesos, la batalla está perdida a causa de la cantidad y variedad… - y, para finalizar, una ensalada de mango, frutilla, banana, durazno, crema, hojas de menta picada, y ya no sé qué más…) tuve la oportunidad de disfrutar de la presencia de Patrick, el novio de Sophie, un tipo muy copado, que me contó muchas cosas del ambiente local, interesándome yo especialmente cuando se puso a hablar de rugby (conocía a todos los argentinos que jugaron y juegan en Francia el hp…).
Ok, no doy más, creo que las 3 horitas de sueño me afectaron un poco. Sepan disculpar si hay más incoherencias que de costumbre.
Ta mañana.
Genial!!! Volvió Chupala Recargado!!! Chupala tiene punch!!!
ResponderEliminarMe encanta Juampi!!
Sigo tu relatos y se los leo a tu primo, no se cuanto escucha...
Quiero comer quesoooooooooooooooooooooooosssss!
Como viene la noche toulosiana??? algun plan?? sino tocale timbre al argento de caminito que algo te va a recomendar!
Besos
la noche viene con mucho sueño, jajajaja, veremos si más adelante me hago una escapada.
EliminarBuenidimos tus relatos! Detallados e ilusrados!Qué lindo andar en bici por allí! Todo tranqui!!! Como te atiende Mme.Lagarde!!!!Qué de menúes variados!!!!
ResponderEliminarEspero ansiosa tus relatos a ls tardecita!!!!
Xxx
Gracias triple X !!!!! (quienquiera que seas, jajajaja)
EliminarQue lindo gordi todo lo que contas. Buenísimo que puedas recorrer la ciudad y conocer su historia y bárbaro lo de la bicicleta. Decile a Sophie que la felicito por la rica comida que te prepara. Aprovecha, porque a la vuelta no será igual creo. Besotes muaaaaaaaaaaaaaaaaa
ResponderEliminarMadre hermosa, no te hagas la humilde que lo que vos cocinás también es riquísimo! En casa sí que no va a ser igual...
EliminarSofi pregunta por tíos. Abu pa me dijo que vuelve en cuatro días. No, en cuatro semanas. Ah, es un montón. Lo extraño. Pero te está cuidando mucho a Benito y muy bien. Anoche vino y lo vimos mucho más calmado.
ResponderEliminarGenia la Sofa, mandale besos. Y también muchos besos y abrazos al loco!!!
EliminarUna obra de arte por sólo 37 euros....
ResponderEliminarpronto habrá fecha para exponerla...
EliminarHermosos los lugares que visitaste.Me encanta cuanto disfrutas y que magnífico lo relatas. La foto del desayuno esperaba verla antes de que la atacaras tan ferozmente. Podes invitar a la china-compañera para ver la noche toulusiana. Ya dije que no se si vendrás hablando mejor francés que chino. Besos Juanpi. Esto se pone cada día más lindo. Graciela.
ResponderEliminarGracias Grace!!!!! Al final justo esa era taiwanesa...
EliminarVamooossss....yo empecé por la comida taiwanesa y vos por el postre.....y aguante la cocinera......abrazoooo....
ResponderEliminarAlbertó
justo es la que menos entiende la taiwanesa... tal vez sea mejor así...
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