Después de clase hoy me tocó la visita a la Cité de l´Espace, una especie de Epcot Center versión viejo continente, el cual, al igual que Eurodisney, la verdad no le llega ni a los talones a su equivalente yanqui. En realidad no es tan como Epcot, ya que éste sólo se enfoca en la industria espacial (la que al parecer es bastante pujante acá en Toulouse), sobretodo en sus cohetes Arianne (van por el 6 o 7 creo), y en difundir todas las bondades de dicha tecnología.
A la excursión llegué de orto, porque había leído mal el horario, pero por suerte me encontré con Astrid, la animadora, quien me sugirió que la acompañara, cosa que hice mientras pensaba: para qué tan temprano?, pero bua, así fue como zafé. Como dije, nada muy espectacular, sólo algunos datos técnicos interesantes (los cuales ya olvidé), y sí 2 cosas bastante copadas, 1) Una peli en 3d proyectada en un IMAX, sobre el universo y otras cosas de astrónomos, y 2) una réplica a escala de la antigua estación espacial rusa MIR, en la cual realmente se puede apreciar cómo vivian ahí esos locos de mierda. Por suerte la presencia de los jóvenes suizos no llegó a importunarme mucho, y además pude hacer migas con un alemán, un tano y una china bastante copados (van a otro curso ellos).
A la vuelta aproveché como siempre para recorrer un poco más el centro, y después me vine para casucha, ya que a la noche tendríamos de invitada a una ex hospedada de Sophie, y yo me había comprometido para hacer el postre (un panqueque de manzanas al rhum que la verdad no me salió muy rico, por lo cual ni foto le saqué…).
Arribada Amanda, una malaguense bastante guapa, pasamos un rato tomando el aperó (así le dicen al aperitivo acá), y después pasamos directamente a la mesa, donde Sophie nos agasajó con una ensaladita variada de verdes, y una potentísima Tartiflette, consistente ella en papas cortadas en rodaja + cebolla + panceta, todo rehogado, para luego ser horneado haciéndole de base a una horma entera de un delicioso y blanduzco queso llamado Reblochon. Realmente un manjar, casi tanto como la que nos hizo Jean-Remy el día de la última cocción de birra (y eso que él tuvo que usar otro tipo de queso). El vino, aportado por Amanda, fue un potente ejemplar de la zona de Navarra, que acompañó muy bien la pesadez del queso, y el exceso calórico de mi panqueque.
Obviamente la charla se extendió bastante, porque hacía bastante que las damas no se veían, así que, después de la despedida, a eso de las 23:30, sólo me quedó escribir estas pocas líneas y tirarme a dormir (con la tisana y un par de rondas al preguntados de por medio…). Y que la tarea la haga Cadorna.
Bisous.
Cortito y tranquilo el día pero buena la visita al centro espacial y mas que buena la visita con cena y vinito vasco. Besos. Graciela.
ResponderEliminarCristina: Empecé a observar el mantel porque entre la comida, bebida y vajilla no reparaba en ese detalle. Pero veo que ya hay publicados varios distintos. Jajajaja. Me causó mucha gracia. Leerá Sofie estos comentarios en español. Esperemos que no.Cariños. Graciela.
ResponderEliminarjajajaja, cuidado que Sophie algo caza de castellano... pero igual no le dije del blog...
EliminarHola Graciela, me alegro que hayas observado vos también. No creo que Sophie lea esto y menos que hable castellano. Cariños.
ResponderEliminarGordi muy lindo lo de hoy, pero tratá de descansar un poquito más. La comida pareció riquísima y no creo que tu panqueque haya salido feo. Besotes.
duermo después en el trabajo...
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