La clase transcurrió tranqui como siempre, y a continuación cometí el por segunda (y espero última) vez el error de aceptar la invitación de la vietnamita para ir a comer al restó Universitario. Y digo que es error no por la comida, que la verdad zafa bien y es muy barata (esta vez fue un fiambrecito con pickles, carne envuelta en hoja de parra acompañada por coliflor y un trigo raro pero que zafaba, y de postre un quesito brie), sino porque, especialmente el dorima de dicha oriental compañera (ah, va foto de ella junto con la de Kuala Lumpur… si, ya pueden dejar de imaginar cualquier tipo de “affaire” de mi parte por esas geografías), me da charla constantemente, y lo cierto es que no le entiendo una goma, debiéndole sonreir asientiendo cada vez que termina cada una de sus frases, mientras ruego que no me haya hecho una pregunta… (lo loco es que el tipo tiene laburo acá, es profesor de matemáticas en un secundario… no quiero pensar lo que aprenderán los pendejos franchutes… en serio, es equivalente a que sea profesor en una secundaria nuestra el coreano de la antigua presentación de todo por 2 pesos…). Con la vietnamita y las chinas es más fácil no entenderles, porque son ellas las que se ríen cada vez que terminan una oración, lo que valida mucho el hecho de que uno responda con una sonrisita, pero el puto éste se me queda mirando fijo… creo que de ahora en más saldrá la creperie, o el mercado Victor Hugo…
Terminado el almuerzo en tiempo record, me excusé y escapé lo más rápido que me dieron las piernas, con destino del capitolio, donde reposé haciendo tiempo hasta las 14, horario en el cual comenzaría una visita guiada, organizada por Astrid, de la Alianza, al Musee des Abattoirs (o de los mataderos), un museo de arte contemporánea (…) levantado en el edificio que antiguamente (y no tanto, porque duró hasta 1989) funcionaba el matadero de la ciudad. Como el mismo está un poco alejado, y además el viaje se hizo lento a causa de que vino un enorme contingente de jóvenes suizos que caminaban muy lentamente, tardamos casi 40 minutos en llegar (lo que acá es una eternidad), haciendo que mis malhumor luego de ver la muestra fuera aún mayor a causa del tiempo perdido, que podría haber aprovechado con una provechosísima siesta. Para no ser injusto, el museo no está tan mal, es solo que a mí mucho no me va el arte moderno y toda esa basura, pero todo bien, respeto a quienes gustan de semejante mierda, en serio.
Bua, lo único positivo que rescaté fue la historia del matadero, ubicado del otro lado del río (costa izquierda), al lado del hospital, y río debajo de la ciudad, de modo que los desperdicios no pasaran flotando frente a la gente bien de la costa derecha (otra que hacer una isla para los putos… se organizaron bien los toulousanos estos para mandar lejos las cosas indeseables…), y cómo se organizaban los distintos sectores de animales, para que por ejemplo los gritos de los chanchos no asustaran a las vacas, etc. Las otras cosas positivas: 1) la vista, ya que tiene una cascadita de la Garonne muy interesante al alcance, 2) el parque público que está alrededor, muy bien cuidado, con una calesita loca que hecha con partes encontradas en la calle, y rodeado por la antigua muralla medieval que protegía la ciudad (la cual, como en todas las ciudades de Francia, fue demolida casi en su totalidad para crear en su lugar los boulevares que generalmente las circunvalan), y 3) charlar un rato con Astrid, que siempre tira datos interesantes, como el hecho de que las 5 semanas de vacaciones son lo mínimo acá, teniendo algunos gremios 7 (como el de ella en la Alianza) y muchos otros 9… (que alguien me diga donde vive el Moyano franchute que lo secuestro ya y lo llevo para BS.As.).
Ni bien pude zafar de la explicación de por qué el autor de no sé qué obra de mierda había querido representar el sexo masculino con un zapato de danza, y el femenino con una cubierta de auto (…) me escabullí hacia una estación de bici, y en no pocos minutos logré desensillar en casita, donde tuve mi siestísica recompensa (1 horita nomás, pero bue), para luego avocarme un poco al estudio, la tarea, y a escribir esto… Después, a eso de las 19.30, llegó el momento de la cena (ensaladita, pescado salteado con hinojo, quesos y helado), para luego terminar con la tisana, más escritura, y averiguación de transporte y alojamiento para mi futura travesía.
Estas manjeando muy bien el tiempo conociendo de a poco y muy bien cada lugar. Me reí mucho cuando apareció la foto de tus compañeras orientales comiendo .
ResponderEliminarSuerte en el examen. Muy buena tu foto, pero insisto en ver una foto cuando te compres ropa bien afrancesado. Besos. Graciela.
Ya va a llegar, sólo tengo que aclimatarme un poco más...
EliminarMuy lindas las compañeritas (te ruego no las invites para estos lares). Te veo más gordito, pero me imagino es porque te sacaste vos la foto. Besos grandotes. Me parece que no tengo el día 9 donde contas del viaje.
ResponderEliminardebe ser la foto...
Eliminar....de acuerdo con esos museos de...arte?.....como verás sigo leyendo aunque no escriba mucho.....abrazo.....
ResponderEliminarAlbertó
PD: merd que es fiera la del Vietcong....
Genio rulazo! Se, como la mierda justamente...
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