Esta página nace para complacer los deseos de mis incontables y susceptibles seguidores, quienes no podrían vivir sin sus indispensables relatos, apoyados en décadas de estudio y maestría en diversas disciplinas (bah, todas en realidad). Ellos saben que nadie como yo puede contarles, y explicarles (en un léxico a la altura de su comprensión, para lo cual tengo que rebajarme bastante) (y hasta cometo adrede algunos errores de ortografía, para que no se vean tan inferiores), cómo son las cosas en las lejanas comarcas que tengo en suerte visitar. De mas está aclarar que confían ciegamente en todo lo que les transmito, y obviamente nunca se les ocurre intentar verificarlo por la whiskypedia, opiniones de terceros, y mucho menos apelando a su decadente experiencia personal...

mayo 07, 2014

Día 4: Veloando

Desperteme habiendo dormido al menos un poco más que la noche anterior (unas 6 horas), realicé el ya constituído ritual de aseo y ruptura de ayuno (va foto de mi amada manteca extra salada y de mi tacita putarraca de té), y salí para enfrentar la jornada, que por vez primera me recibía precipitante (acá quiero decir que llovía… sí, a veces los recursos no me salen muy claros…). Ah, ya arranqué olvidándome de lo importante: antes de salir realicé un llamado telefónico a la gente de Velotoulouse (las bicis públicas) (para los ignorantes, velo significa bicicleta, de ahí el título del reporte) para consultar por mi problema, y debo decir que logré entender y, lo que es aún más importante, hacerme entender perfectamente, logrando que me enviaran mi código de activación por mail, de modo que ya soy un usuario oficial de dicho medio de transporte. (la verdad, no sé para qué mierda sigo estudiando si ya puedo lograr estas cosas por teléfono…).
Realicé la caminata habitual por el parquecito, que mantenía sus cualidades aún bajo la lluvia (la cual, siendo honesto, la verdad no jodía mucho. Hasta la lluvia tienen afrancesada estos putos…), y llegué a la estación de bicis situada al lado de un edificio con forma de pelota de rugby (muy bien no les salió), el cual, según me dijo Sophie, aloja no sé qué sede gubernamental (algo de Toulouse Metropole). La plutarca garúa no pudo impedir que llegara a destino en menos de 10 minutos, de modo que subí las vetustas escaleras (pasando antes por la plaza, que lamentablemente alojaba una feria oncesimílica (dícese de lo similar al barrio porteño del Once) bastante fiera, y tuve mi clase. De nuevo, no mucho que contar, sólo que la china con la que había hecho migas en realidad era taiwanesa (bah, también hablé con las chinas, la gallega, el inglés, etc), pero ahora me hice amigo de la Malaya (o como sea, mejor decir Kuala Lumpur), con quien, finalizado el curso, nos fuimos para la boletería del Toulouse a intentar comprar entradas (porque parece que es fanática del rugby ella… (claro, se entiende porque es mujer, y de Kuala Lumpur…).La cosa es que al llegar a la tienda nos desayunamos que estaría cerrada hasta las 15 (provincianos duermesiestas de mierda) por lo cual debimos despedirnos (creo que fue mejor así, porque no sé si me hubiese bancada la presencia de una mina en un estadio hablando de deportes… es como si yo le opinara a una mina sobre esmaltes para uñas… bah, qué sé yo, si al menos estuviese buena… pero no es el caso. Sí, cada día estoy más hijodeputa).
Decidí entonces acercarme al cercano mercado de Victor Hugo, en el cual se desplegaban aún (porque ya era tarde) bastantes productos de la tierra, interesándome especialmente algunos quesos y la famosa Salchicha de Toulouse (la cual viene seca, tipo salamín, y fresca, tipo chorizo de asado). Obviamente vi millones de cosas muy tentadoras, así que creo se me hará un hábito éste destino. Con mis trofeos bien guardados regresé para la plaza del capitolio, donde, además de disfrutarlos plenamente (uno se llama Saint Marcellin, muy blando él, y el otro Pélardon, un poquito más consistente, y de cabra éste) (en cuanto al salamín, nada del otro mundo, pero igual estuvo buenísimo), aproveché para hacer al menos la mitad de la tarea que nos mandaron (se va al joraca el flaco, todos los días al menos un par de horas tardo…). Después, como quedaba tiempo, decidí vagar un poco por locales de ropa, y debo admitir que ya me está pegando un poco el aputosamiento europeo, porque ya miré con otros ojos esos pantoloncitos achupinados de colores pastel…
Pasadas las 15 regresé al local, y, luego de un esfuerzo importante para entenderle a la cajera el tema de los lugares y el valor de la entrada (cuanto más de desciende en las clases sociales y en la edad, más difícil es entenderles a éstos hp. Bah, es igual en todos lados.), logre hacerme con una localidad para el inminente choque (viernes 2045 hs) entre los locales y la Gloriosa Academia Parisina (que me perdonen los toulosanos, pero voy a muerte con el Racing del mago!).
Lista la faena del día (porque sigo sin investigar qué actividades se pueden hacer acá, salvo el rugby), decidí subirme a una bici y salir sin rumbo fijo.  Lo interesante de dicho sistema es que es todo automatizado, uno pasa una tarjeta, tipea un código y ya accede a la bici durante 30 minutos, pero, como hay puestos a diestra y siniestra, siempre que se devuelve se puede retirar de nuevo, y así indefinidamente, mismo a la noche, con lo cual uno tiene siempre bici (y, la verdad, la ciudad no amerita el uso de otro medio de locomoción). Me fui un poco para las afueras (a unas 10 o 20 cuadras nomás) (bah, en realidad la metrópolis es muy extensa en serio, pero eso es el conurbano, no se cuenta como Toulouse ciudad), y pude apreciar, además de formas edilicias más modernas (que igual conservan el toque del ladrillo a la vista), parques y boulevares  ya mucho más extensos, plagados de árboles, fuentes y pérgolas. Ah, en un parquecito particularmente llamativo por su coquetería rústica (que querré decir con ésto…), llamado Jardin Royal, encontré una bonita estatua de Antoine St-Exupéry con el principito (no había cartel ni nada, así que me asombré bastante al ver la figura del pendejito parado sobre el libro) (parece que la pusieron hace poco, por el aniversario de no sé qué gadorcha, creo que del nacimiento, y, según me dijo después Sophie, quien no sabía nada de la estatua, el autor salió desde Toulouse cuando rumbeó para América del Sur). La verdad es que eso sólo me alegró para toda la jornada (si, la entrada al partido tb), ya que, poniéndome putarraco, ese libro siempre supo robarme algunas lágrimas (y más ahora que lo puedo leer en francés… lloro porque soy muy groso, jajajaja…).
Pasé por otros jardines, también muy lindos y extensos ellos, como el Jardin Des Plantes, donde me invitaron formalmente a bajarme de la bici… (cómo mierda voy a entender que si hay un cartel que tiene una bici SIN ESTAR CRUZADO eso quiere decir que están permitidas las mismas pero llevándolas en la mano) y decidí emprender la retirada, tomando el delicioso camino que recorre la rivera del Canal Du Midi, pasando por debajo de los puentecitos y casi sintiéndome en el agua (que lindo sería tener los kayaks acá). Toda la faena me tomo un poco más de 2 horas, así que, al llegar al hogar a eso de las 18, creí conveniente hacer una merecida siestita (esta sí es merecida, no como la de los provincianos), antes de la inminente cena (ya no me acuerdo si lo conté, pero acá se cena temprano, a eso de las 19:30, por lo cual siempre hay solcito, y gralmente se puede hacer en la terraza).
No fue el caso del día, ya que había llovido y estaba un poco fresco, así que la tuvimos en el living, disfrutando de 1) ensalada verde con Gouda, 2) pata y muslo confitada al horno con Ratatouille (que linda peli!)  y arroz, 3) variedad de quesos, 4) helado y 5) tisana (amaneradísima, pero bue…). Como verán, la larga lista ya denota que la cosa no es breve, lo cual, sumado a que converso bastante con mi anfitriona (lo que es muy bueno porque me ayuda a mejorar, y además es muy piola), así que ya cerca de las 22 me retiré a mis aposentos para planificar la siguiente jornada, que acá es feriado (creo que se conmemora el comienzo, fin, o algo relacionado con la segunda guerra) (ah, háganme acordar que después cuente un poco sobre las vacaciones y los feriados acá… es para caerse de culo, no trabajan una goma estos hp… después nos quejamos de los feriados puente – que acá tb hay-…, en la cual pienso visitar la ciudad de Albi, de la cual no sé un joraca, pero me dijo Sophie que es un buen plan. La particularidad es que voy a viajar en auto compartido (el sistema se llama “covoiturage”, que quiere decir algo así como “coautomovilear”, y es muy loco, se hace todo online, aparecen mil opciones de gente que viaja a variadísimas horas, uno paga con tarjeta, y después se pone en contacto con el chofer – justamente ahora me estoy mensajeando con la que será mi chofera de ida para mañana, y mi chofer para la vuelta… espero que no me roben los órganos-…), pero lo cuento mejor mañana.

Au revoir.

PD: estoy contestando los comentarios en la página, pero no sé si les llegan (a los que salen como anónimo seguro que no, si quieren revisen los posteos anteriores).





































7 comentarios:

  1. Bueno Juanpi. Escribi un comentario y se me borro. Algo me acuerdo y refería a los hermosos parques y plazas, tan prolijos y cuidados. es una hermosa ciudad, muy armónica. las bici buenísimas, no imagino ese sistema, estado y mantenimiento entre nosotros., con tanto uso de las mismas como comentás. AH! te decía pará con los quesos te pueden traer algún problema. Estoy asombrada por la cantidad y variedad y el consumo que hacen los franceses a diario y en todas las comidas, desayuno, almuerzo y cena. La descripción de las comidas han sido tu especialidad. Que lo sigas pasando lindo y que puedas aprovechar los feriados y "horas libres" de la escuela. Besos. Graciela.

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    1. Gracias Grace, en realidad no es super prolija la ciudad (comparada con las capitales por ejemplo), ya que tal vez el pasto está sin cortar en algunos parques, etc, pero no por eso deja de ser muy linda.
      En cuanto al queso, los franchus tienen un dicho: "Un dessert sans fromage est une belle à qui il manque un oeil" (un postre sin queso es como una novia a la que le falta un ojo).

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  2. ....dentro de unos días te va a ir gustando la prima de Sandokan....no hay manera de zafar comiendo tanto queso......al abordaaajeeeee!!!!.....y el beto?....

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    1. jajaja, no creo, pero... nunca digas nunca... en cuanto al beto, me olvidé de preguntar, pero acá todos hablan de rugby, el futbol es para putos.

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  3. Escuchame una cosa: no podés arruinar ese chorizo rompiéndolo con la mano! Por menos de 10 euros te comprás un couteaux Opinel N° 2 o 3 ( http://www.opinel.com/esprit-opinel#/effile/hetre ) y no me hacés más esa negrada.
    Saludos.

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    1. jajajaja, 10 euros???? sabés los quesos que me compro con eso? pienso seguir a lo rústico, ni mano, le entro derecho a mordiscos, sin sacarle el cuero!

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  4. Excelentes todas tus descripciones. El diario de viajero es re buenisimo. La ciudad parece muy linda y suerte que la podés conocer y recorrer en bici (muy buena idea esa). Por lo que se ve Sophie te atiende y alimenta muy bien. Que te vaya bien en el partido de rugby y en el paseo. Saca muchas fotos así conocemos. Un enoooooooooooooooooooooome besoooooooooooooo

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