Esta página nace para complacer los deseos de mis incontables y susceptibles seguidores, quienes no podrían vivir sin sus indispensables relatos, apoyados en décadas de estudio y maestría en diversas disciplinas (bah, todas en realidad). Ellos saben que nadie como yo puede contarles, y explicarles (en un léxico a la altura de su comprensión, para lo cual tengo que rebajarme bastante) (y hasta cometo adrede algunos errores de ortografía, para que no se vean tan inferiores), cómo son las cosas en las lejanas comarcas que tengo en suerte visitar. De mas está aclarar que confían ciegamente en todo lo que les transmito, y obviamente nunca se les ocurre intentar verificarlo por la whiskypedia, opiniones de terceros, y mucho menos apelando a su decadente experiencia personal...

mayo 02, 2013

Día 12: Mecenas de la juventud universitaria praguense

El regreso del desayuno incluído volvió a marcar a fuego nuestras atiborradas panzas, deleitándonos, además de con la misma base que tuvimos en Viena, con la incorporación de nutella para untar los deliciosos panes de centeno y demás variedades, y salchichas para acompañar los huevos revueltos y fiambres. También había una especie de ensalada jardinera, la cual decliné poniendo un arbitrario límite a la variedad de posibles alimentos a ingerir en el desayuno (igual no le cierro la puerta nada, quién sabe si mañana...).

Salimos pipones a las frescas calles aledañas a nuestra subteística estación Kobylisi, donde abordamos la formación que nos llevaría a un particular punto del centro de la ciudad, el teatro estatal, en el cual Mozart estrenó algunas de sus obras, según nos contó Anastacia (Stacy para los amigos), quien sería nuestra guía matinal por la ciudad vieja y sus alrededores, de cuya agencia empleadora (si es que es una agencia), la Discover Free Walking Tours Praga, habíamos encontrado algunos folletos en el hotel, y decidimos darle una oportunidad (la parte del free fue lo que más nos atrajo... aunque en realidad se manejan con propinas a voluntad) (hablando de free, tanto en alemán como en holandés, y tal vez en éstas otras lenguas, para referirse a gratis justamente usan la palabra GRATIS, teniendo otras como FREI por ejemplo, pero que no quieren decir gratis, sino libre).
Bastante sorprendidos estuvimos al descubrir que, a causa de la no presentación de ningún otro posible cliente, seríamos acreedores de un interesante tour privado por las zonas más características de la ciudad vieja, comenzando justamente por el teatro, ubicado justo frente a la antigua Universidad de Praga, fundada, como casi todas las cosas importantes de la ciudad, en los tiempos del rey Carlos IV, quien trasladó la capital del sacro imperio romano justamente a Praga creo que alrededor del siglo XIII. Imposible me es recordar todos los datos y anécdotas que ésta simpática estudiante universitaria (la empresa labura con guías locales, generalmente estudiantes de las carreras de historia, artes, etc) nos transmitió acerca de las cosas que fuimos viendo a lo largo de las casi 2 horas que duró el peatonal recorrido (no hay otra forma de ver Praga que no sea a pata), en el cual casi no pudimos sacar fotos a causa del ritmo que le metía, tanto a la caminata como a las explicaciones. Haciendo un pequeño esfuerzo me vienen a la memoria anécdotas como la de cómo le sacaron los ojos al tipo que diseño el reloj astronómico, para que no pudiera reproducirlo en ningún lado, sobre cómo tiraron abajo todas las construcciones del antiguo y muy pobre gueto judío, para levantar en su lugar un chetísimo barrio dominado por la calle Pariszka (o algo así, derivado de Paris, cuya arquitectura quisieron imitar), sobre la leyenda (y no tan leyenda para algunos, que siguen excavando para buscar su restos) de cómo un sabio rabino judío creó un monstruo llamado Gollem para ayudar a su pueblo, y el hecho de cómo tanto los nazis como después los comunistas lograron liquidar a casi todos los judíos de la ciudad, no viéndose realmente ninguno (el gueto era anterior a los nazis, venía desde antes de María Theresia, que también los quiso rajar).

Bueno, eso y mucho más aprendimos, pero no pretendan que se los cuente todo (páguense su propio tour gratis, ratones), aunque sí me acuerdo otra cosa interesante, la anécdota de la defenestración (que no quiere decir otra cosa que "tirar por la ventana") de los gobernadores habsburgo durante una rebelión independentista local, atentado que no tuvo éxito porque los tipos se salvaron al caer en un montículo de basura y bosta (que al parecer estaba por todos lados, ya que cuando decidieron apisonarla la ciudad subió casi un metro, quedando varias ventanas y puertas antiguas tapadas hasta la mitad). La historia de Jan Hus, un líder protestante muy importante también fue interesante, y algo me quedó de que se comerciaban muchos esclavos en la plaza vieja, teniendo relación la palabra SLAVE (esclavo en inglés) con la raza eslava.

Tanta historia, arquitectura, e intentonas independentistas metidas de prepo en nuestras bochas mientras caminábamos por las frías calles del centro nos dejaron con ganas de digerirlas con un aperitivo caliente, así que luego de despedirnos de nuestra particular guía, a la cual debimos dejarle una propina considerablemente mayor a la inicialmente prevista a causa de que nos daba un qué se yo por ser sus únicos clientes, nos metimos en un típico pub local donde pudimos descubrir, junto con un chocolate caliente, los secretos y poderosos influjos del Grog, brebaje alcohólico generalmente relacionado con los piratas que se toma caliente, el cual me tuvo mareado creo que por las siguientes 4 o 5 horas (si, eso me pasa por traicionar a la cerveza).
Llegadas las 13:30 hs, nuestra idea era tomar un nuevo tour propuesto por la misma empresa, esta vez sobre el puente Carlos IV y sus alrededores, pero al divisar a lo lejos en el punto de encuentro a la solitaria guía (que además tenía cara de pocos amigos), decidimos que por ésta vez pasaríamos, de modo que la observamos sigilosamente mientras se retiraba triste después de que no apareciera ningún posible cliente. (Creemos que debe estar fallando algo con el tema de la publicidad de estos tours, porque, a pesar de estar muy bueno ser pocos, es una cagada que tengan sólo 2 clientes, o ninguno por día, mientras a cada rato veíamos pasar otros guías con grupos numerosísimos. Lo otro que puede pasar es el hecho de que sean gratis. A veces eso genera el efecto contrario, la gente piensa que son truchos, y prefiere ir y pagar por algo caro, que supone será bueno... la gente es muy pelotuda en general...).
El hecho es que, según nuestros cálculos, al ser nuevamente los únicos, tendríamos que darle de nuevo más plata de la prevista, y como también queríamos tomar el tour de la tarde, preferimos cuidar el presupuesto realizando el recorrido por nuestra cuenta.

Atravesamos por primera vez el popular puente, estando éste mucho más cargado que la noche anterior, no sólo por turistas, sino también por infinidad de artistas del retrato callejero y demás artesanos, que le daban un toque pintoresco, pero no lograron superar la magia de la primera impresión nocturna, con ese hermoso contraste entre las luces y la fría garúa.
Una vez en la Malá Strana nos dispusimos a recorrer sus pintorescas calles adoquinadas, pasando por puntos de interés como el museo de Kafka, quien al parecer vivió en tantos lugares distintos de la ciudad que originó el dicho "en qué casa no vivió Kafka?", frente al cual había unas extrañas estatuas de tipos meando (con gente que tomaba el agua que brotaba de los miembros), para luego dirigirnos a la isla de Kampa, dónde, además de ver algunas alusiones a John Lennon que no entendimos (eso nos pasa por no tomar el tour), pudimos aprovechar la oportunidad de comer una rica brochette adquirida en una feria local levantada sobre un parque de la isla, en la cual ofrecían otros productos típicos que no pudimos probar a causa de los todavía presentes efectos del desayuno (y eso que eran casi las 15) y del grog, que seguía teniéndome mareado.

Abandonando la isla nos dirigimos al punto de encuentro con Annie (acá no sé si también de Anastasia), la que sería nuestra nueva guía en otro tour privado (porque otra vez fuimos los únicos), ésta vez por el Castillo de Praga y sus alrededores. De vuelta, mil datos y anécdotas interesantes, especialmente de los distintos reyes que lo habitaron, la construcción lentísima de la iglesia de San Vito, los procesos hacia la independencia y la historia de los presidentes, y los períodos de ocupación de los nazis y los comunistas. Un dato histórico que acá tienen muy presente es una reunión que hubo en Munich en 1938 (antes de comenzada la guerra), en la cual los aliados le entregaron Checoslovaquia a Hitler para que la anexara a Alemania, sin consultarlo siquiera con sus autoridades, bajo el pretexto de evitar una guerra... (parece que Churchill dijo algo de preferimos sacrificar el honor antes que la paz), por lo cual cuando los checos quieren acusar de traidor a alguien, o describir una situación de falta de lealtad, usan la palabra Munich. Ojalá después me quede algo de todo lo que escuchamos, pero por ahora no recuerdo nada más del recorrido de 2 horas que realizamos, antes de despedirnos propinando su merecido a nuestra universitaria guía.
Ya mucho no quedaba por hacer, así que decidimos, después de sacar algunas fotos desde la colina que domina el castillo, descender y cruzar nuevamente el puente, para adentrarnos en los desconocidos terrenos de la ciudad nueva, y en otros distritos más modernos aún, cuyas anchas avenidas ya hacen perder un poco la magia de la ciudad, pero que de todos modos nunca deja de ser bella.

Agotados por la extensa jornada camineril, la última actividad fue darnos una pasada por el súper de la estación de subte, donde adquirimos lo necesario para saciar nuestro no muy demandante apetito, con unos deliciosos sandwichs y las no muy comerciales cervezas Staropramen y Krusovice, que saboreamos mientras fuimos televisivos testigos de la segunda goleada del glorioso Bayern a la mentira del futbol mundial. (y bueno, con esos colores...)











































4 comentarios:

  1. Siendo las 4:50 am y alimentando a Alma, tengo el agrado de ser la primera en escribir.
    Que gran viaje q están haciendo, me encanta seguirlos!
    geniales las descripciones y nada mejor q la gastronomía local!
    Lo de los guías locales esta genial. Nosotros utilizamos en Chicago el sistema q allá se llama Chicago Greeters, recorrimos la ciudad con una colombiana durante varias horas hasta almorzamos con ella, esa fue su propina, e incluso la volvimos a ver unos días después para ver un pequeño Tour por uno de los más famosos edificios que es donde ella vivía. En NY hay q pedirlod con mucha anticipación!
    Bueno, la gordita se durmió nuevamente,
    besos totales!!!
    A seguir disfrutando!!

    pd: Aca el sistema se llama Cicerones de Buenos Aires

    ResponderEliminar
  2. No firme....
    Daniela.

    ResponderEliminar
  3. Que ratas que fueron Dany, le pagaron con un plato de arroz a la pobre colombiana...

    ResponderEliminar
  4. Hermoso todo lo que vieron. Praga es una ciudad hermosa. No fueron al cementerio judio y a la confiteria New York?. Ya preparandome para mi viaje a Punta Cana. Los leeré desde allí. Besoooooooooooootes

    ResponderEliminar