Esta página nace para complacer los deseos de mis incontables y susceptibles seguidores, quienes no podrían vivir sin sus indispensables relatos, apoyados en décadas de estudio y maestría en diversas disciplinas (bah, todas en realidad). Ellos saben que nadie como yo puede contarles, y explicarles (en un léxico a la altura de su comprensión, para lo cual tengo que rebajarme bastante) (y hasta cometo adrede algunos errores de ortografía, para que no se vean tan inferiores), cómo son las cosas en las lejanas comarcas que tengo en suerte visitar. De mas está aclarar que confían ciegamente en todo lo que les transmito, y obviamente nunca se les ocurre intentar verificarlo por la whiskypedia, opiniones de terceros, y mucho menos apelando a su decadente experiencia personal...

abril 23, 2013

Día 4: Bayern vs Casla?

Como al parecer se va a hacer costumbre, nos costó muchísimo salir de la cama, posponiendo la levantada prevista por más de una hora. Todavía teníamos la marca de la almohada cuando salimos a la calle (ni la ducha pudo sacarnos la modorra) y enfilamos para el lado del centro histórico (porque nuestro hotel se encuentra en una zona un poco más moderna), camino al cual aprovechamos para chusmear una enorme casa de venta de tecnología llamada Saturn, en donde no vimos nada interesante. De pasada también ingresamos a la estación central de trenes, Haupbanhof, donde aprovechamos para desayunar unos fecas con unas facturas raras (nada del otro mundo), e ingresamos a una oficina de info para turistas, en la cual compramos un mapa que parecía muy completo, traicionando el espíritu macho aventurero del viaje.

Mapa en mano seguimos camino al centro, alcanzándolo a las pocas cuadras, teniendo la oportunidad de ver la catedral, que está bastante escondida y tapada por otros edificios, la Marienplatz, que es la plaza central, donde está el ayuntamiento, que tiene un reloj muy copado con muñecos que se mueven, al cual escuchamos sonar bien de orto, justo en el momento en qué llegábamos (suena solo a las 11 y a las 12), y algunos otros edificios que no reconocimos. De ahí salimos a buscar un mercado, el Viktualienmarkt, que nos costó bastante tiempo y vueltas encontrar, a causa de que no entendíamos mucho el mapa pulenta, seguramente por estar acostumbrados al de Krusty. Por suerte nos volvió a salvar el celu. Finalmente llegamos al mercado, un lugar muy pintoresco y alegre, repleto de colores, aromas, y turistas, muchos que, con la camiseta del barza, comenzaban a darle forma a la previa del partido de la noche (del bayern había muchas más camisetas, pero yo hablaba de turistas...). Teníamos algo de hambre, así que picoteamos un queso local que nos llamó poderosamente la atención, con arándanos en su interior, el cual no estuvo muy bueno a decir verdad.

No muy felices gastronómicamente hablando, salimos con la idea de tener una revancha en un cervecería artesanal muy promocionada, llamada Hofbrauhaus, que no se encontraba muy lejos. La revancha era doble, contra el queso que no había estado bueno, y contra la cervecería de los pajeros holandeses que no plantaron porque abrían a las 2 de la tarde. La verdad, es un lugar imperdible. Casi media manzana ocupa, con 3 pisos de salones acondicionados de diversas pero tradcionales formas, un gran patio central, y para rematarla, música tradicional en vivo. La frutilla la pusieron los hinchas catalanes, que cada tanto entonaban sus pintorescos y algarábicos cánticos (que se entienden tanto como los de los alemanes...) (acá no había hinchas del Bayern, probablemente porque era un lugar para turistas, pero bastaba ver las caras de los mosos, que se mordían los labios cada vez que terminaban las estrofas culé. En cuanto a lo ingerido, le entramos a un par de cervezas de la casa, una rubia y otra un poco más tostada, y a un plato de salchichas con chucrut, porque nos falló la especialidad del día, ragú con spatzl, que se había agotado. El único punto flojo, y no sólo de acá, si no de Munich en general, por ahora, es que no hay nada, o casi nada en inglés, y, no hablándolo la mayoría de la gente (aguante los holandeses sumisos de amsterdam), se hace dificil hacerse entender, y ni hablar de uno entender los platos del menú...

Un poco mareados por el efecto de la bebida, que está siendo (y calculo será) la estrella del viaje, superando en volumen, y hasta en peso total, a cualquier otro alimento que hayamos ingerido, nos fuimos a seguir paseando, visitando la iglesia de los teatinos, la ópera, el palacio Residenz (dónde hay expos de arte), el Hofgarten (un parque no muy grande, pero muy ordenado y apacible, para terminar dando una pasada por un barrio bastante careta, en el cual se encontraba la Alta Pinakotec, la gliptotek, y la Koningplatz. Eran tipo las 16 cuando terminamos de ver esos lugares, momento justo para encarar para el Allianz Arena, el estadio del Bayern, con el objetivo fijo en conseguir alguna entrada de reventa.

El viaje hay que hacerlo si o sí en subte, a menos que se quieran recorrer unos 6 o 7 km de áreas suburbanas, así que, nos sacamos un boleto de día (no de ida), y salimos para allá. Si bien faltaban casi 5 horas para el choque, ya había bastante gente dando vueltas. Hasta nos cruzamos con un periodista de ESPN, que se ortivó y no nos quiso dar entradas, ni ayudarnos a conseguirlas (cero amor por el compatriota el hp), así que tuvimos que parar la oreja, y estar atentos para encontrar algún vendedor clandestino. Por suerte también había mucha gente que buscaba lo mismo que nosotros, por lo que los vendedores no tardaron en salir de sus madrigueras, para ofrecernos sus entradas, cuya veracidad inconfirmable, y a precios astronómicos. Abatidos, regresamos al hotel, y de la tristeza me tiré a dormir hasta el día siguiente, sinsiquiera mirar el partido por la tele...

Hasta Maña... jaaaaaaa, como si se la hubiesen morfado! Con el nivel de inconsciencia que vengo presentando, era obvio que iba a agarrar viaje con el tema de las entradas truchas, digo, de reventa. Obviamente, el efectivo que teníamos no era suficiente para cubrir la suma pretendida por el mafioso con pinta de turco que nos atendía (al final era franchute), así que el flaco decidió darnos las entradas pero quedándose mi dni como resguardo para asegurarse de que le pagaríamos los 80 euros que nos faltaban, y buscaríamos en un cajero automático, o en el hotel. Nuestra elección fué la segunda, ya que podríamos aprovechar para descansar un poco y alistarnos antes del partido. Lo del descanso no lo pudimos hacer, porque la ida y vuelta estadio-hotal insumía más de 1 hora y media, y el trámite de la entrada nos había sacado bastante tiempo. Al llegar nuevamente a la explanada previa al estadio, notamos que la tarea de saldar la deuda y recuperar el dni no serìa tan sencilla, ya que el lugar explotaba de gente. Me comuniqué al celu que me habían dejado, y me dijeron que lo encontrara en uno de los accesos de la cancha. Lamentáblente el celular que me habían dado era de un cómplice del franchute, que también era franchute, pero de etnia asiática, porque el primero no tenía teléfono. Más de una hora estuvimos intentando sin éxito dar con el primero, motivo por el cual decidimos ingresar al estadio, con la idea de volver a llamar al chino después del partido, para ver si había encontrado a su amigo. En realidad mi interés no era el de recuperar el dni, ya que el hacerlo de nuevo cuesta menos que 80 euros, sino el de no ser perseguido por la mafia francochina a causa de no saldar mi deuda.

El momento de la verdad había llegado: servirían las entradas? Nos apalearían los nazis después de rebotar en la puerta? La única comprobación que pude hacer antes de comprarla fué preguntarle a un hincha del bayern que pasaba por allí si me mostraba la suya (la entrada, mal pensados), para después compararla con la que me había mostrado para tentarme el galo turcosímil. Tremenda fué la alegría y el alivio que sentimos al atravesar los molinetes y quedar definitivamente dentro del modernísimo estadio, ya a pocos minutos del kick off. Encontramos los asientos no muy facilmente (porque somos bien corcochos, ya que estaba todo clarísimo, y nos dispusimos a disfrutar del tremendo espectáculo que se nos venía encima en cualquier momento.
Nuestra ubicación era muy buena, segunda bandeja (el estadio, con una capacidad para 68.000 personas sentadas, que dicho sea de paso estaba colmado, tiene 3 bandejas), en la esquina derecha de Victor Valdéz en el primer tiempo. Como era de esperar, estábamos completamente rodeados por los alemanes, que ocupaban estimo el 95 % de las localidades, dejando apenas una parte de la tercer bandeja por encima nuestro para el groso de la hinchada culé. La previa fué tremenda, los cantos de las 2 hinchadas (con las diferencias obvias de intensidad) eran acompañados por un excelente ambientación musical, con melodías de intriga antes del ingreso de los equipos, etc, y con los cositos de colores esos que te hacen levantar para que se formen figuras. Por último, el modo en que presentaron a los jugadores locales, mencionando el locutor únicamente sus nombres de pila, para que todo el estadio, al unísono, y en forma ensordecedora gritara los apellidos, realmente ponía la piel de gallina, especialmente cuando apareción entre los titulares el gran Marito Gomez, que venía comiendo banco.

Bueno, el partido no lo voy a relatar, para tanto no me dá, pero si puedo decirles que desde las primeros minutos, en los que el loco Robben se perdió un gol increíble, la cosa fué una fiesta. Si bien en la general seguramente estaremos de acuerdo en que el Bayern pasó por arriba al Barza, ver en vivo como se mueven estos tipos por la cancha, como triangulan, y como dominan la bola fué algo extraordinario. Para destacar por el lado del Barsa (si, voy a descubrir la pólvora) tengo la distribución y movilidad de Xavi, la tremenda técnica de Dani Alves, y la impresionante amargura de Messi. En su caso, si bien nunca lo voy a discutir, es el mejor y punto, igual hay que admitir que, si uno no supiera quién es, no podría no putearlo, ya que realmente no corrió una bola, no buscó desmarcarse, no la pidió ni una vez, y encima se la pasó con la cabeza gacha todo el partido. En frente en cambio, el toro Shwensteiger, el loco Robben, el nazi Muller y Scarface Ribery se cansaron de desequilibrar cada vez que la tocaban. Y decí que los grone que tienen en el fondo son más limitados que yo, y solo saben reventarla, porque si no era paseo completo.

En el duelo de hinchadas también hubo goleada, y no por culpa de la diferencia numérica. Los blaugranas cantaron hasta el primer gol, y después se cayaron para siempre. Por el contrario, los teutones no paraban de vociferan, desde el simple pero pegadizo "super bayern, super bayern, hey, hey" (si lemetían un heil en lugar de hey hubiese sido demasiado, no?, que era casi omnipresente, hasta un "Baaaaayeeeernnn" proferido por una de las populares, para que la otra le respondiera otro "Baaaaayeeeern", y así seguir el diálogo durante algún tiempito. También salían versiones munichenses de canciones populares, como cielito lindo, la cucaracha, etc, pero obviamente no cacé un fulbo.Completaba el panorama emotivo el como también se producía un diálogo entre la voz del estadio, que hacía las veces de Perón, y los hinchas, que hacían las veces del pueblo en la plaza, cuando el primero relataba quién había hecho el gol, cuantos goles llevaba el bayern (ains, dwais, trais, ...) (o así me los acuerdo de telematch), cuantos el barza (nul), finalizado con un "gracias", a lo cual la multitud le gritaba un emotivo "de nada". Realmente maravilloso.
La nota de color frutillesca la puso a falta del "tano", el "Germano Pasman" que tenía sentado (bah, casi siempre estaba parado) en frente, que se la pasó puteando desbocada y apasionadamente cada situación considerada por él anti-bayern del primer tiempo, para terminar el segundo haciendo los más finos gestos de relaciones sexuales dedicados a los visitantes. Realmente no tuvo desperdicio, creo que valió él solo la mitad de la entrada. Nunca ví a alguien putear de semejante manera, aunque, hay que ser justos, el hecho de que use el idioma alemán, que es naturalmente agresivo (estimo que hasta un te quiero debe sonar brusco), le suma muchos porotos.
La alegría que sentí fué incomparable, apoyada, además de en todo lo que mencioné, en todo lo que me olvidé de mencionar, y en el hecho de cómo le rompieron el culo a los putos estos que nos dejaron arafue de la champions en cuartos de final (forza Milan!). Salí afónico de gritar los goles nazis, especialmente el de Gomez, auqnque en ese caso la alegría no fué completa porque se lo hubiese preferido ver si era de cabeza, ya que, como bien dice el alemán, Marito te cabecea un Fiat Uno! Además, la sensación de abrazar a un completo desconocido, que ni siquiera habla tu idioma, para festejar un gol de un equipo no propio, es indescriptible, y no tiene precio (habiéndome abrazado con hinchas de ferro gritando un gol que nos hicieron sobre la hora en un partido justamente contra la acadé, en el cual me encontraba en la popular local en su cancha, puede decirse que sé de abrazos desubicados pero no por eso menos sentidos...).

Al finalizar el partido, que ni la luna se lo quiso perder, brillando casi llena en el centro del espacio que no era cubierto por el techo del moderno estadio, luego de escuchar los cantos finales de la hinchada ganadora, que entonó una especie de himno al club, y de ver como los jugadores saludaban a su hinchada, robando todas las cámaras el vendehumos de Robbe, aunque hay que reconocerle que jugó un buen partido e hizo un golazo, fué hora de encarar la retirada, junto con la marea de gente que nos acompañó durante todo el trayecto hasta la puerta del subte (donde se les terminó la conducta educada y hubo unos empujones que me recordaron las salidas de los recitales del indio). Extenuados, hicimos las combinaciones necesarias hasta llegar a Haufbanhof, único lugar en que encontramos un local abierto para cenar algo (era un burger king), y nos vinimos al hotel, para tener un merecido descanso (después de latiguear al camboyano, que se queja acusandome de insalubridad en sus condiciones de trabajo.

Ah, qué pasó con el dni se preguntarán. Traté sin éxito de comunicarme con el chino, así que, una de dos, o de tres, mañana arreglo todo, mañana me cortan un dedo, o perdí mi dni y gané 80 euros.

Chau.

PD: solo pienso en dormir, que se metan en el orto el castillo de nimfenburgo, nibelungo, o como mierda de se llame, que ibamos a ver mañana temprano...







































5 comentarios:

  1. Pobre Shuliét...
    Lo que más me llama la atención de la nota de hoy es que siga existiendo Google Video...

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  2. ...todo muy lindo, las salchis que no fallan, el soque con frutas, etc......pero quiero decir que en casa los atendemos a estos pechofríos.....se comen 5....y el lio estaba en una gamba, no tuvo que jugar.....igual, ya lo van a ver en la revancha.....y con respecto a eso de abrazarse con desconocidos de otro equipo para gritar algún gol, no me sorprende.....así son los hinchas de equipo chico.....siempre festejando triunfos ajenos.....decile al cotur que te mande el dni por correo y le girás pesos argentinos desde acá.....cualquier cosa que hable con Mariano.....abrazo y lástima que no vas a Barcelona.....hoy mas que nunca, aguante el Barza!!!.....y viva Perón carajo!!!...
    Alberto
    PD: dejale a Julieta probar las salchichas que la veo muy flaquita....a birra sola no llega a oslo.....

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  3. Qué groso! Pudiste ver al mejor jugador del mundo face to face, no todos los días podés disfrutar de las endemoniadas gambetas del Loco Robben! Es ist kaum zu glauben hatte auch Arjen Robben Mühe, das Erlebte zu verarbeiten.

    Se despejaron todas las dudas: Julietten es del Bayern!!!

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  4. Que bárbaro todo. Poder conseguir las entradas y ver el partido. Besotes y sigan disfrutando. Aquí hay un lio tremento, por poco no puedo entrar a casa debido a la gente y los micros en votación de la ley que quiere la Presi

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  5. Que bueno haber concretado esa entrada y encima no pagar los 80 euros. El tipo se debe creer que se quedó con un documento importante. No sabe lo que es la argentina que tenemos como 20 tipos de documentos en circulación legal. Bueno que lo sigas pasando bárbaro y nos hagas llegar estos reportes tan fieles a todo lo que vivis. Como siempre destaco la comida y agrego la bebida en este viaje. A vos y Julieta (es así?)todo lo mejor. Besos. Bocha y Graciela. Ah!... pensar que con el Pincha casi hacemos hazaña con el Barza.

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