Esta página nace para complacer los deseos de mis incontables y susceptibles seguidores, quienes no podrían vivir sin sus indispensables relatos, apoyados en décadas de estudio y maestría en diversas disciplinas (bah, todas en realidad). Ellos saben que nadie como yo puede contarles, y explicarles (en un léxico a la altura de su comprensión, para lo cual tengo que rebajarme bastante) (y hasta cometo adrede algunos errores de ortografía, para que no se vean tan inferiores), cómo son las cosas en las lejanas comarcas que tengo en suerte visitar. De mas está aclarar que confían ciegamente en todo lo que les transmito, y obviamente nunca se les ocurre intentar verificarlo por la whiskypedia, opiniones de terceros, y mucho menos apelando a su decadente experiencia personal...

abril 24, 2013

Día 5: La resaca

Hoy sí que fué casi imposible levantarse de la cama. El despertador sonó a las 10, pero ni le dimos bola, y seguimos de largo hasta casi las 11 y media. El poco sueño acumulado, las interminables y maratónicas jornadas peatonales, y la ingesta contínua de alcohol no deben estar haciendo más efecto del que esperábamos (viendo algunas fotos también comprobamos que el ritmo que estamos llevando ya nos  consumió unos cuantos kilos, lo cual no pocos apuntaron en sus comentarios) (vamos a tener q hacer un esfuerzo para mejorar la alimentación...). Salimos del hotel, enfilando para la estación de trenes, dónde tenía que terminar con el asunto de mi dni y el francoturco, que me llamó y volvió a repetir con su acento de terrorista la conocidísima frase de "Where is the money, my friend". La cosa fue así, el tipo ya estaba en Francia, pero quedamos en que yo le mandaba la guita por giro, y él mandaba el DNI a Buenos Aires (ya tenía todos los datos, porque figuran en el documento...). El trámite no fue tan sencillo, porque me había olvidado de llevar el pasaporte, así que terminamos perdiendo casi 2 valiosas horas, pero, por suerte, creo que ya está todo liquidado, o al menos no temo por mis extremidades. (sé que podía haberlo re garcado al puto, y que el dni a él no le sirve para un joraca, pero prefiero honrar mis deudas con los comerciantes, especialmente si son experimentados en prácticas ilegales, y tienen caras como las que tenía éste...)

Relajados, decidimos que igual le pegaríamos una visita al Castillo de Nymphenburg, una especie de Palacio de Versailles, ubicado en las afueras de la ciudad. Para llegar tuvimos nuestro bautismo de fuego en los tranvías (que también había en Amsterdam, creo que no lo mencioné, así como acá también hay bicisendas, aunque no tantas, otra cosa que no mencioné, ah, y que acá tienen bicis más copadas), un muy buen sistema de transporte, generalmente ocupando los carriles centrales de las arterias, como lo hacían antes en Baires, y ahora se quiere recuperar pero con los metrobergas. Nos bajamos en un barrio residencial muy tranquilo, y antes de caminar las cuadras que nos separaban de nuestro destino, nos paramos en un banco a la orilla de un canal para disfrutar de nuestro desalmuerzo (si, no comíamos nada desde el día anterior, y ya eran más de las 13...), que constó de un par de sanguchitos caprese y de pavita, no muy destacables, pero no importó mucho, porque el condimento lo puso la combinación del cielo celeste con un sol que irradiaba potentemente su calor sobre nuestras cabezas, y el delicioso estanque que teníamos a pocos metros, en el cual se paseaban a gusto varios gansos, patos, cisnes, y unos enormes y rechonchos peces, que cada tanto saltaban del agua, para caer fuertemente sobre la misma, asustando a sus alados compañeros.

Al llegar al Palacio, precedido por una interesante explanada, con una pequeña fuente, logramos vislumbrar que lo verdaderamente bueno estaba detrás del mismo, como en el franchute, así que nos mandamos directamente para los parques interiores, sin siquiera acercarnos a la entrada principal, donde se garpa para tener una audioguía y visitar los interiores, que seguramente serían, además de un embole, un exceso de ostentación inaceptable para tan cívicas y honestas personas como nosotros. La verdad, no sé qué carajo habrá adentro, pero lo de afuera no tiene desperdicio. Una enorme extensión de espacios  verdes, estanques y fuentes, adornados por estatuas clásicas y árboles finamente podados, y, cada tanto, un mini palacio, o jardín botánico, o estructura símil, bah, todo como en Versailles, salvo que también éste cuenta con unos espacios boscosos con caminitos interiores muy interesantes. Se puede entrar con rropes, pero, acá el punto negativo, no permiten bicis. Tardamos un par de horitas en recorrerlo, así que, cuando decidimos encarar para el destino siguiente, ya eran las 4 pasadas, por lo que tuvimos que meterle pata, porque el boleto de transporte nos vencía a las 6, y no queríamos garpar al dope otro día (se llama ratonismo post derrochee, hay teorías psicológicas al respecto).

Haciendo un par de combinaciones de tranvía y subte logramos acceder al también suburbano parque Olímpico, en el cual se llevaron a cabo los juegos de 1972, cuando tuvo lugar la primera masacre de Munich (la segunda estimo sabrán que fue la de ayer a la noche... gracias alemán por la ayuda). Al llegar, la verdad no sabíamos con qué nos ibamos a encotrar, y, al menos yo, que estaba bastante cansado, suponía un pequeño paseo, y a lo sumo una visita a un museo de BMW que se encuentra al lado, pero, mientras nos acercábamos, fuimos notando que la cosa no era moco e pavo. Tan impresionante como hermoso nos resultó el lugar, con sus lagos, sus zigzagueantes senderos, que atraviesan campos cubiertos por un prolijo césped, y sus moderadamente elevadas colinas, que no pudimos evitar recorrerlo casi por completo, envidiando amargamente a la enorme cantidad de gente que lo aprovechaba para correr, andar en bici, o simplemente tomar sol en él. Completamente secundarios fueron el estadio olímpico y las demás estructuras de los juegos, que, si bien nos llamaron la atención, ni se compararon con la belleza natural del parque. Hasta había alquiler de pelotas inflables en la que uno se metía, tipo Michael Jackson, y podía caminar sobre el agua.

Alegres pero muy cansados emprendimos la vuelta al centro, pasando por la puerta del museo de BM, al cual sólo le sacamos fotos de arafue, antes de tomarnos el último subte permitido por nuestro abono casi vencido. Llegamos al centro en no pocos minutos, e intentamos conseguir algunos souvenirs de la ciudad, pero entre las cosas feas que vimos, y sus precios bastante elevados, decidimos dejarlos pasar, continuando nuestra retirada, esta vez a pie, con el hotel como destino final, aunque vislumbrábamos la posibilidad de hacer algunas compras en algún súper de camino, para la cena y el desayuno. Bastante trabajo nos costó encontralrlo, y eso que pasamos por barrios tan variados como distintos, yendo desde lo más careta, donde había marcas de primera categoría bolsillística, como lo más parecido a once que se puede encontrar en Munich, remplazando los amigos de la torá vernáculos por los seguidores del corán alemanes, y ya pensábamos que sólo podríamos ingerir las frutillas y bananas que nos quedaban de una compra en un puesto callejero (ah, acá sí que pasó algo loco, entre dos puestos de frutas ubicados a 50 metros entre sí en una calle céntrica, en uno el kilo de bananas costaba 3 euros, y en el otro 1... cosa de mandinga), cuando por fin encontramos el único supermercado de Munich (al menos para nosotros), donde, además de chusmear y envidiar los productos que éstos putos tienen al alcance, como frascos de nutella de 1 kg por 2 euros, y una variedad de derivados lácteos realmente muy tentadora, pudimos comprar unas cuantas cosas por unos pocos billetes, y sí, digo billetes porque, además de casi no hablar inglés, estos bávaros putos casi tampoco aceptan tarjetas, o al menos las nuestras con cintas magnéticas (prefiern el chip puto con pin que usan ellos).

Caminamos ya con las últimas energías las cuadras que nos separaban del hotel, donde, después de preparar los bártulos para el viaje de día siguiente, pudimos comer nuestras deliciosas provisiones, siendo las mísmas unos ricos sandwiches de jamón y queso, con pan de focaccia, postreado por bananas, frutillas, y unos postrecitos tipo la copa cindor, todo regado por una cerveza Bergadler (no se dejen llevar por el nombre, estaba buena la guacha), y otra, más humilde (venía en botella de plástico y tapa a rosca la pobre) llamada Grafenwalder, que la verdad era bastante asquerosa (la de Los Hijos de Puta le pasa el trapo, hagan sus reservas).

Bueno, eso es todo por hoy, mañana hay que arrancar a las 5 para llegar bien al avión, así que no quiero retrasarme mucho más, pero tampoco quiero olvidarme de mencionar algunas cosas que se me vienen escapando, siendo la primera el tema de los perros acá. Creo que subí una foto en la que había uno adentro de una peluquería en Amsterdam, bueno, tanto ahí como acá los perros van a todos lados con la gente. Los vimos en el aeropuerto, en Keukenhof, en los locales de ropa, shoppings, etc, etc. No puedo dejar de imaginarme al loco benit meando las vidrieras o descontrolando los probadores de los locales...
Lo otro que me viene a la mente que no estoy poniendo, lamentablemente creo que no lo puedo expresar bien, y es la alegría enorme que todavía siento por haber podido estar ayer en ese partido, sobre todo después de todo el bolonqui de la reventa, que en su momento me tomé muy despreocupado, pero la verdad creo que me afectó más de lo que hubiese querido. No sé si dar gracias a Fortuna, Nike, Yavé o Crom, así que se los agradezco a todos, especialmente por, como frutilla del postre, hacer entrar en juego a todos los muchachos que todos (???) conocemos, al menos de los partidos de la play, como el conquistador Pizarro, el sugus Luiz Gustavo, y hasta la pulga Shaqiri! Sólo faltó verle la cara a Manduka, pero creo que hubiese sido demasiado.

Un día de vida es vida! (frase robada)


PD: gracias por todos sus cometarios, los leo todos los días, hacen que todo este sacrificio inhumano (???) valga la pena!























3 comentarios:

  1. Mientras ustedes pasean y conocen, aquí seguimos con el bolonqui del congreso para el voto de la ley express que mandó la Presi. Todo muy lindo, ahora con ropa de invierno se los ve más delgados. Coman un poco más. Besoooooooooooooootes. En Berlín tienen que ir a la Avda. de los Tilos y después les voy a pasar el nombre de un bazar, shopping, almacén o como se llame, el cual en su último piso tiene todas las comidas que nadie puede imaginar.

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  2. Siguiendo a cristina en su comentario las tiendas creo se refiere a ellas se llaman KADEWE y son las segundas mas grandes de europa. Así nos dijeron después de Harrods. Tiene muchos lugares atractivos, que seguramente visitaran porque son bastante tradicionales de la ciudad.Aunque hoy está unificada es aún visible el distinto desarrollo urbano de los sectores.Besos. Bocha y Graciela.

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  3. 1- Rescato tu valentía al animarte a tomar del pico de una BERGADLER, no cualquier heterosexual (dudoso) lo hace.
    2- Philadelphia + Milka= Loco Robben + 10
    3- Recomendación: en la cama no se come y no se apoya la comida. Las sábanas no se usan de mantel. Una de las cosas más deplorables que le puede suceder al ser humano es dormir con migas pegadas al cuerpo.
    4- Arriesgaste tu vida (y 2 falanges) para tener la oportunidad de contarle a tus hijos que viste en la cancha a la Pulga (La verdadera)Shaqiry, eso no tiene precio...
    5- Googleá Tristán Suárez

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