01-10-11 :
Con la certeza de que sería imposible repetir un día como el
de ayer, desde su apacible pesca, pasando luego por colmegnescos baños, para
finalizar en una mitológica panzada (creo que ninguno de nosotros protestaría
si dicha jornada se reiterara indefinidamente, como en la película Groundhog
Day), decidimos no tener muchas expectativas para lo que nos esperaba al menos
en las siguientes horas de vigilia, las cuales principalmente transcurrirían en
las rutas.
Desayunamos liviano mientras armábamos los bolsos, y una vez
que tuvimos todo listo salimos para realizar la última gira por la ciudad,
regresando a las casas de deporte que ya habíamos visitado incontables veces (y
aún así sigue dando ganas de volver), y también descubriendo algunos localcitos
con cosas loquísimas, como por ejemplo un llavero con forma de perro que ladra
y emite luces cuando uno aplaude 3 veces, siendo una gran ayuda para los perdedores
de llaves crónicos. También visitamos una feria que se levanta justamente los
sábados al borde del puerto, en la cual se exponía principalmente lo mismo que
se expone en cualquier feria hippie de Argentina (y supongo que del mundo),
junto con la mayor variedad de artículos usados inútiles que vi en mi vida.
Lamentablemente no vendían ni manzanas acarameladas ni algodón de azúcar,
elementos indispensables para que una congregación de puestos caseros aspire a
ser considerada como feria en serio, así que tuvimos que conformarnos, ya en horario de
la colación matutina, con unos muffins de banana y chocolate. De regreso al
hotel pasamos por una minúscula pero interesante exposición de cuadros en una
plazucha llamada “art in the park”, y por el único semáforo del pueblo,
atracción señalada en el mapa que allí nos ofrecieron.
Ya realizado el check out, y con las hábiles manos de Rober
al volante, partimos nuevamente con rumbo sur, recorriendo la familiar ruta 1,
durante cuyo trayecto caímos con colores en el más profundo sueño, dejando otra
vez al Rober con las vaquitas y ovejas como únicas compañeras de travesía (tal
es la suaviadad con la que logra desplazar el vehículo, que ni bien arranca nos
torramos). El almuerzo lo realizamos en un McDonalds, aprovechando justo a tiempo
una promoción que terminaba a las 14 hs (llegamos 13.55 hs), consistente en 4
combos a 22 kiwidollars. Concluída la faena, y ya con el rojo al volante,
continuamos bajando hasta llegar a eso de las 16.30 al combustionado centro de
la capitalina Wellington, pululante de franceses y tonganos dirigiéndose hacia
el estadio.
Después de dar varias vueltas con el tutú, intentando sin
éxito encontrar una playa de estacionamiento (porque no nos animamos a dejarla
en la calle cargada con nuestros bártulos a la vista), de casualidad caímos en
un parking de 5 pisos que estaba a unas 10 cuadras del estadio, y encima
cobraba tarifa plana de 4 kiwis, así que, luego de desencillar y cubrir las
valijas con la siempre lista bandera de Walter, salimos a pata para el estadio,
fusionándonos inmediatamente con las oleadas de hinchas que no paraban de
llegar. Allí comprobé tristemente que ni aún los franceses eran capaces de
reconocer mi albiceleste casaca de la academia parisina, profiriendo en un
gangoso castellano sus “vamosssss pumassssss” cada vez que creían reconocer la
camiseta (encima, no sé por qué carajo tendrán ganas de decir “vamos pumas”,
después del 2 x 1 que les hicimos en el mundial pasado). Hasta llegaron a decir
“Messi, Messi” al ver el número estampado en mi espalada, lo que aumentó mi
irritación y me hizo replantearme que tanta cara de boludo puedo tener para que
me confundan con la pulga. La cosa es que los únicos que reconocieron mi remera
fueron unos pendejitos argentinos que empezaron “mirá, mirá, tiene la del
Racing Metró”, ante los cuales aparenté una afrancesada indiferencia, no fuera
cosa que me rebajara a hablar con sudacas…
Una vez ubicados en nuestros asientos, y luego de las fotos
de rigor en todos los ángulos del estadio y con los de disfrazados
llamativamente, llegó la hora de cantar la Marsellesa (el mejor himno del
mundo, y no me vengan ahora con el verso del patriotismo, vil justificativo de
los tiranos) (si, admito que nuestro himno está bueno, pero el de Francia le
pasa el trapo con detergente y lavandina, especialmente entonado por casi la
totalidad del estadio), y de presenciar el pedorro pero no menos pintoresco
haka de los tonganos. Ah, una cosa que no habíamos visto antes fueron las
expresiones que el maorí encargado de hacer el llamado previo a cada partido
les hace a los jugadores que van ingresando al estadio. Fue muy divertido verlo
sacándole la lengua y haciendo las más diversas muecas ante la indiferencia de
los contrincantes.
El partido fue por suerte uno de los mejores que
presenciamos (sacando pumas-escocia), todo gracias a la locura que le
imprimieron los asesinos seriales de Tonga, equipo que aún no puedo comprender
cómo pudo perder con Canadá, para luego pasar por arriba de semejante manera al
combinado francés más apático que recuerdo haber visto, ya no sólo olvidándose
de su histórico rugby champagne (ni una burbuja mostraron), si no decididamente
ni acordándose de jugar. Volviendo a los tonganos, constantes tacleadores al
límite, no pudimos evitar calificar de bestias divinas a su medio scrum (de más
de 100 kg) y al wing número 11, que iba para adelante como ninguno. Sólo su
inexplicable tendencia a arruinar las jugadas a 5 metros del in-goal les
impidió propinar una goleada histórica al amarguísimo seleccionado galo, pero
igual brindaron un inolvidable expectáculo, comenzando a abrazarse
felicitándose por el triunfo cada vez que se frenaba el partido desde el minuto
70. Al igual que con los samoanos, que lástima que semejantes equipos se tengan
que ir tan temprano.
Ni bien sonó el pitazo final, a eso de las 20 hs, retornamos
casi a la carrera a nuestro vehículo, y emprendimos la travesía rumbo norte
hacia la ciudad de Palmerston North, separada de nosotros por casi 150 km de
nocturnas carreteras. Y hablando de las mismas, nunca había manejado de noche
por rutas tan bien señalizadas, con la particularidad de no poseer iluminación,
pero si contar con infinitos ojos de gato que la terminaban asemejando a una
pista de aterrizaje de aviones. Durante el manejo tuvimos la rara oportunidad
de escuchar un partido de rugby por radio, tratándose nada más y nada menos que
de Inglaterra-Escocia, choque decisivo para las aspiraciones de los pumas, ya
que su resultado podríamos tener chances de quedar primeros, segundos o hasta
terceros, sin importar lo que se hiciera mañana contra Georgia. Debo decir
que fue una experiencia radial única, quedando especialmente sorprendido por
cómo se exaltaba el relator al referirse a una falta que merecía penal, etc,
gritando casi tanto o más que como lo hacen al relatar un penal en un partido
de fútbol. Lástima que cada tanto se perdía la señal, lo cual, sumado a la
rarísima pronunciación kiwi (por ejemplo, para al 7 lo pronuncian “sivn”, etc),
por lo cual estuvimos las casi 2 horas que duró el viaje creyendo que existía
la posibilidad de que los escoces dejaran arafue a los ingleses, ganándoles por
más de 7 puntos, pero anotando menos de 4 tries, lo cual dejaba a los pumas con
inmensas chances de salir primeros de grupo, y por lo tanto evitar chocar
contra los all blacks en cuartos, para hacerlo con los pedorrísimos franceses
(siempre y cuando se le ganara con punto bonus a los georgeanos, obviamente).
Lamentablemente los parientes de William Wallace volvieron a gallinear al final
(igual que con los pumas), no sólo dejando inconclusa la hazaña de ganar por
más de 7, si no perdiendo de manera increíble, mereciendo una justificada
eliminación de la copa (esto pudimos verlo en el hotel justo al arribar).
Terminando el relato del día, sólo resta comentar lo feo que
nos resultó hasta ahora esta apagadísima ciudad, en la cual no hay un solo
restaurante ni local abierto a las 10 de la noche de un sábado, lo cual nos
obligó a recurrir nuevamente a un Burger King para saciar nuestros apetitos
viajeros. La verdad, si bien me parece una pelotudez la nueva costumbre juvenil
de recién empezar la joda a las 3 am, no puedo evitar preguntarme que mierda
les queda para hacer a los jóvenes de acá, sin un puto lugar a donde ir, más
que ponerse en pedo hasta quedar
inconscientes, o salir con un chumbo a realizar masacres psichokillerescas.
Terminamos la cena en el burguer, cuyos únicos clientes éramos
argentinos (lo que sigue haciendo énfasis en lo increíble de este provincianísimo
pueblo, arquitectónicamente diseñado al estilo de nuestros pueblos del
interior, con la plaza central, la iglesia y el banco en frente, y todas las
demás feas edificaciones alrededor), para regresar luego a la habitación, donde
miramos y puteamos la repetición del partido que se le escapó a los goncas
escoceses, y me puse a escribir el presente reporte.
No se olviden de buscarnos mañana, sabemos que va a
ser al dope, pero igual pueden intentarlo.
Nos vemos.
Quédense una semana más, contra los Black, total acá el dolar bajo a 2.80! Y el tomate vale 20 mangos!
ResponderEliminarAnónimo (22)
No pude visualizar la bandera de VPC del glorioso WN por TV... Estoy indignado.
ResponderEliminarPero para sorpresa, en la previa ante Giorgia, veo en el tribuna una camiseta Puma ochentosa Calamar!!! Estamos en todos lados!!!
Me sumo a los que tampoco pudimos ver la bandera de Grassi, pero lo que si pude ver perfectamente fue a un coterraneo con la camiseta de los matadores de Barrio Jardin (obvia alusion al clu mas grande de Cordoba, Talleres, tristemente explorando otras categorias del futbol).-
ResponderEliminarAle
Hola Juanpi: Día tranquilo.esta noche trataremos de ubicarlos en la cancha.Hay muchos argentinos y eso es una dificultad. Coincido plenamente con la marsellesa.Me imagino tus sensaciones escuchando el himno francés. No he tenido esa oportunidad. besos.Graciela.
ResponderEliminarQUE BUENAS LAS FOTOS CON FRANCIA, EL ESTADIO ESPECTACULAR, ACA ESTOY VIENDO QUE LOS ESCOSECES LE GANAN A INGLATERRA, UPY!!!!, TODAVIA FALTAN TRES HORAS PARA PARTIDO DE PUMAS.
ResponderEliminarBESOSSSS.SUERTE CON EL PARTIDO
Jp NECESITO el gorro del mundial, ese de invierno que tienen puesto, por favor!!
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