Esta página nace para complacer los deseos de mis incontables y susceptibles seguidores, quienes no podrían vivir sin sus indispensables relatos, apoyados en décadas de estudio y maestría en diversas disciplinas (bah, todas en realidad). Ellos saben que nadie como yo puede contarles, y explicarles (en un léxico a la altura de su comprensión, para lo cual tengo que rebajarme bastante) (y hasta cometo adrede algunos errores de ortografía, para que no se vean tan inferiores), cómo son las cosas en las lejanas comarcas que tengo en suerte visitar. De mas está aclarar que confían ciegamente en todo lo que les transmito, y obviamente nunca se les ocurre intentar verificarlo por la whiskypedia, opiniones de terceros, y mucho menos apelando a su decadente experiencia personal...

octubre 04, 2011

Día 15: Chau kiwis putarracos!


04-10-11:

Y si, se hizo esperar pero por fin llegó el ansiado día de dejar de una buena vez este país de insulsa perfección, sin la pimienta y sal que sólo puede imprimir la improvisación tercermundista. Adiós para siempre a esas hospitalidad de sonrisas constantes y saludos alegres a flor de piel. Nunca más a las calles excesivamente señalizadas, cuyas líneas de pintura (las blancas, amarillas, simples, dobles, punteadas, bah, todas) indican el camino sin dejar lugar a la imaginación, y encima tienen el tupé de poseer relieves, buchoneándonos con vibraciones tipo serruchito cada vez que el sueño o la falta de cálculo nos hacían posarnos sobre ellas). Tampoco extrañaré tus señales de velocidad máxima en cada curva, calculadas de manera tan molestamente exacta, que 5 km/h en exceso exponían la cola de nuestra camioneta más que la de los togas que bailan en Tinelli (no tanto como las de a pleno sábado). Además, para qué quedarse? Sin Carter ni Hernández este mundial es una farsa, no tiene ningún sentido seguir haciendo esfuerzos inhumanos para aguantar el trato de estos corkochos apensantes incapaces de salirse siquiera un milímetro del libreto. Así que, no puedo estar más feliz al decir:  au revoir Nouvelle Zelande!
Bua, mejor vamos al relato de nuestro último día.  

Arrancamos tranquilísimos, tomando el petit dejeneur mientras terminábamos de cerrar definitivamente las valijas.  Después nos fuimos a dar la última vueltita por los caminitos de la ribera, único lugar que a nuestro entender era digno de una repetición en la decepcionante ciudad de Hamilton, y, antes de hacer el check out, pudimos darnos el gusto de jugar una partidita en el ajedrez gigante que nos venía haciendo guiños cómplices desde el día de ayer.
Con la camioneta cargadita comenzamos el que sería nuestro trayecto final por las rutas kiwis, entre nuestra posición actual y la inolvidable ciudad de Aukcland, el cual recorrimos circulando durante aproximadamente 2 horas por los últimos 150 km de la ruta 1 que nos restaban conocer de la isla norte. Una vez en la metrópoli, nos alegramos de encontrarnos nuevamente en esta ciudad hermosa y llena de vida, con gente real viviéndola a toda hora, marcando un fuerte contraste con las fantasmales características que veníamos experimentando  últimamente.
Dejamos el auto en un estacionamiento céntrico, y salimos a recorrer las calles que mejores impresiones nos habían dejado, teniendo oportunidad además de conocer algunas bastante interesantes, con negocios de marcas internacionales de precios inaccesibles, que se nos habían escapado en la primera visita (las cuales casi siempre estaban repletas de turistas chinos comprando a diestra y siniestra).

Siendo la 1 y media pasadas, decidimos que era hora de aceptar la generosísima invitación que nos hizo el Rober de despedirnos gastronómicamente en el restoran “The Occidental”, en el cual incursionamos nuevamente en el kilito de mejillones gigantes, complementándolos con unos calamares fritos y unas suaves croquetas de queso y pollo, todo en extremo delicioso.
Para bajar la panzada decidimos realizar una caminata por el impresionante puerto de la ciudad, donde volvimos a fascinarnos con la claridad de sus aguas, descubriendo que tienen gente con redes constantemente sacando hojas y demás impurezas (tenían unas remeras que decían “wáter control” o algo así), y descubriendo una interesante muestra de fotografías históricas de los all blacks, estratégicamente ubicada, con una espléndida vista de la bahía. Nuestra última actividad previo a emprender la retirada final fue la ingesta de un café y nuestros entrañables “smoothies” de McDonalds.
Regresamos al estacionamiento y encaramos para el local de alquiler del auto, al cual llegamos cortando clavos a causa de que no encontrábamos una puta estación de servicio, y además de casualidad se nos ocurrió llamar para preguntar a qué hora cerraban, enterándonos, a eso de las 17.05, que sus oficinas hacían horario extendido, es decir, hasta las 17.30… De camino vimos por última vez las manifestaciones del dolor que estos tipos sienten por la pérdida de Carter, leyendo en un cartel luminoso de la ruta un emotivo “Do it for Dan!!!” (tal es la rosca que le dan a este tipo, que hasta existe un paquete turístico llamado “Carter Country”, en el cual te llevan a su ciudad natal, te pasean por la casa de sus padres, y te hospedan en el club donde jugaba…)  
En cuanto a lo que resta, aeropuerto, shock por repentina y excesiva exposición a múltiples argenitnos (todos convencidos de que los pumas no tienen chances… manga de amargos, más ganas de quedarme me dieron) , y retraso de  un par de horitas en la partida, nada fuera de lo común. Lamentablemente en el paso de migraciones previo al ingreso al free shop sufrimos la dolorosísima pérdida de nuestro compañero escocés de la primera hora, el ahumado Black Grouse, quién se inmoló por no haber querido separarse de nosotros viajando en las valijas despachadas (maldita y discriminatoria restricción para envases superiores a 100 ml, teniendo en cuenta que después uno puede comprar galones de bebidas en el duty free…). La extraña posibilidad del viaje en el tiempo (salimos el martes a las 21.30 y llegamos el martes a las 17.30…) es la última anécdota que nos regala este viaje.

De este modo terminan entonces nuestras oceánicas e insulares aventuras mundialistas. Gracias por acompañarnos con su buena onda, contribuyeron inmensamente a que éste viaje alcanzara un nivel de perfección difícil de repetir. Sólo me resta decirles que eso de plantar un árbol, escribir un libro y tener un hijo son pelotudeces, la posta es vivir un mundial de rugby (y si es en Nueva Zelanda es la posta de las postas, hasta las publicidades de la tele te ponen la piel de gallina), así que, más les vale ir empezando a ahorrar para el 2015, donde nos esperan las canchas en las que Web Ellis dio vida a este magnífico deporte.
Mi alter ego cronista se despide hasta el próximo viaje, consciente de que los deja huérfanos de un material de lectura como la gente, teniendo que regresar a sus mediocres libros e insulsos periódicos, desprovistos de los inagotables y chispeantes recursos literarios que solo yo puedo proveerles a sus grises y grasientas vidas. Es natural que me extrañen, pero traten de pilotearlo...


PD: Adriana, tené cuidado con el Rober en el colegio, te lo estamos devolviendo con algunos ligeros cambios en su vocabulario (abundarán los “su hijo es un putarraco vendehumo” y los “ya fue”s, “ver para creer”s y “kia ora?”s… (Hablando de “kia ora”, palabra maorí que nosotros utilizamos para reemplazar el latiguillo Albanesiano de “y ahora?”, lo que sí le tengo que agradecer a éste viaje es su contribución a incrementar mi vocabulario putiaderil con vocablos como “wai-o-tapu”, “paeroa”, “porirua”, “whangapaeronga” y muchas más, con todas las modificaciones que de allí naceran. Igual, ninguna supera a la reina “pijossi”.















8 comentarios:

  1. Eh llegué un poco tarde con los comentarios pero leí varias de tus grandes entregas, desconocía sobre tus dotes como cronista-escritor, los Viajes de Marco Polo, un poroto.
    Detalles: a) por un instante vi al padre Grassi en su bandera... b) tu hermano te extrañó tanto que estuvo tirándose pedos de esos que te critica (imposibles) sólo para tenerte más presente.
    Me alegra que disfrutaran tanto del viaje y compartieran de este modo, nos veremos en breve.
    Besos
    Bren

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  2. Cronista, corresponsal, observador, depredador (salven a los mejillones!!!), reportero, bufarrero, cronopio (Cortázar dixit), paparazzi, sin dudas un hombre renacentista!

    Ya están a la venta las remeras y llaveros de chupalalonelyplanet?

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  3. Felicitaciones gordi, fue hermoso el relato del viaje que han hecho. Besotes ma

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  4. Juampi, cómo vamos a extrañar tus reportes!!! Yo apoyo eso de que dejes los Lab. PAUL y te dediques a ser cronista de viajes. Besos, Ceci

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  5. Chauuuuuuuuuuuuuuuuuuu Juanpi. Hasta Pronto. Gracias por mandar la gorrita con orejeras.- Besos. Graciela.
    .............y hasta el 2015!!!!!

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  6. Hola !
    Si, llegó a su fin este viaje inolvidable !

    Roberto vino fascinado no sólo por lo vivido sino por la convivencia. A veces no es fácil, te llevás genial con alguien pero convivir tantos días es otra cosa , la diferencia de edades , en fin, pero TODO salió de 10 ( o al menos así lo sintió el Rober )

    Extrañaré tus escritos. Te cuento que se los imprimí todos a Roberto para que sea su diario de viaje y lo pueda leer con tranquilidad
    En un asadito en la quinta seguirán con las anécdotas si ?

    Gracias por todo !!! Te mando un beso grande
    Adriana

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  7. JP excelente las entregas, fui seguidor en el anonimato!!

    Abzo

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  8. Holaaaa juampi, que làstima que ya se termina el viaje, espero que sigan disfrutando hasta el ùltimo momento, espero ver el partido el domingo, pero muy dificil de ganar.
    Hasta la vuelta y te esperamos un viernes en la pizzita!!!, para que nos cuentes todas tus andanzas.
    Un beso grande
    Sos un redactor espectacular, con todos los detalles del viaje!!!

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