Esta página nace para complacer los deseos de mis incontables y susceptibles seguidores, quienes no podrían vivir sin sus indispensables relatos, apoyados en décadas de estudio y maestría en diversas disciplinas (bah, todas en realidad). Ellos saben que nadie como yo puede contarles, y explicarles (en un léxico a la altura de su comprensión, para lo cual tengo que rebajarme bastante) (y hasta cometo adrede algunos errores de ortografía, para que no se vean tan inferiores), cómo son las cosas en las lejanas comarcas que tengo en suerte visitar. De mas está aclarar que confían ciegamente en todo lo que les transmito, y obviamente nunca se les ocurre intentar verificarlo por la whiskypedia, opiniones de terceros, y mucho menos apelando a su decadente experiencia personal...

septiembre 28, 2011

Día 9: El regreso del Jedi

28-09-11:

Febo aún no se había dignado a desplegar sus áureas caricias sobre los terrenos que serían testigos mudos de sus hazañas, y el aire se encontraba enrarecido con una electricidad estática y una calma en extremo pasmosa, anunciando inequívocamente la tormenta adrenalínica que se avecinaba,  pero esas pequeñeces no serían capaces de intimidar a nuestro héroe, que enfiló para el volante con la misma seguridad que Luke Skywalker se dirigió a la guarida de Jabba the Hutt, sabiendo que estaría en completo control de todo lo que sucedería de ese momento en adelante…
Y así fue como nuestro héroe regresó al volante del motorizado vehículo (luego de un franciscano desayuno), para depositarnos con perfección Suiza nuevamente en la ciudad de Picton, donde abordaríamos una vez más el ferry que nos regresaría a Aoteroa (nombre Maorí de la Isla Norte). Tal era la confianza que le teníamos (lo aclaro para los que los difamadores después no digan que me ensaño con mi ídolo Rober… lo que es el populismo…) que tanto el colo como su servidor se durmieron casi inmediatamente luego de abrocharnos el cinturón, por lo cual el pobre se tuvo que comer todo el trayecto de 2 horas sin copiloto ni charloteador… (mentira, al menos yo duré lo suficiente como para sacarle un par de fotos a la especísima bruma que tuvimos que atravesar en uno de los segmentos más jodidos del camino, pero ni eso probó ser suficiente para detener las proezas del Rober). (del paisaje no comentaré porque fue el mismo que recorrimos ayer)

Como teníamos algo de tiempo antes de abordar, decidimos aprovechar para recorrer un poco el centro de la portuaria ciudad, tarea que resultó ser tan sencilla (consiste en 2 cuadras pobladas por pequeños negocios, que además estaban casi todos cerrados, ya que apenas eran las 9:15…) que tuvimos que encarar para un barcito con la intención de ampliar nuestro escaso desayuno. Colito siguió con su onda light, entrándole a un enorme bowl de café con leche, acompañado por un muffin de frambuesas, mientras que Rober y Yo compartimos una delicada obra de arte, digna de las más afamadas academias gastronómicas gourmet, consistente en la fina mixtura de: un salteadito de porotos, pollo (de granja obviamente), puré de batatas y posiblemente alguna salsa bien grasosa, todo armoniosamente envuelto en crocantes lonjas de panceta (proveniente también de chanchos de granja orgánica, eso ya ni se duda). Regamos la delicatesen con dos generosos capuccinos, cuyos ingredientes, como seguramente no estarán enterados quienes nos acusan de no cuidar nuestra alimentación, provienen íntegramente de vegetales (el café es un vegetal, también el cacao y la canela, el azúcar viene de la caña, y encima era rubia, y para finalizar, su componente mayoritario es agua…) así que, si quieren pueden vivir su ignorancia como les plazca, pero no quieran envenenar nuestras virtuosas costumbres. Ah, también comimos un muffin de arándanos (ahí tienen también, una fruta…).

Por suerte el ferry que nos cruzaría en esta oportunidad era mucho más chico que el anterior, así que el cargado de los vehículos fue mucho más rápido, reduciendo considerablemente el tiempo total del proceso cruzatorio de canal. Pero el tamaño no era lo único distinto que presentaba la nueva embarcación, también tenía la capacidad de transportar trenes completos, poseyendo rieles internos que se continuaban desde el último punto del puerto. Ah, otra cosa loca que tiene que ver con la conexión entre las dos islas es que justamente existen cables de comunicación, corriente, etc que van desde una costa a la otra, justamente para mantener bien enlazadas a las dos mitades del país, y lo que también se continúa una vez que se cruza al otro lado es nuestra molestísima amiga, la ruta 1, que aparentemente continúa hasta la punta misma de la isla sur (al igual que nuestra ruta 3 continúa en tierra del fuego) (ahora me pregunto, habrá cables de corriente bajo el agua para alimentar a tierra del fuego?).
En cuanto a la travesía, tampoco hay mucho para agregar, ya que es igual a la descripta en el reporte anterior, y además me la pasé escribiendo (y mandando, porque el barco tenía internet) el reporte 8, así que apenas salí de cubierta para recorrer la embarcación antes de que zarpara.

Llegamos al puerto de Wellington a eso de las 13.30 hs, e inmediatamente tomamos la ruta 1 con rumbo norte, buscando como destino la geográficamente central ciudad de Taupo, separada de nosotros por 360 km (o 5 horas de manejo, porque acá en lugar de expresar la distancia en kilómetros lo hacen en el tiempo que uno tarda en recorrerlas, ej: si uno pregunta una dirección en la ciudad, te dicen: caminá 5 minutos para allá, en lugar de decir 3 cuadras) (bah, creo que en casi todo el mundo se habla así) de las mismas bellas pero molestas rutas que habíamos recorrido para bajar desde Tauranga (y ahora no empiecen a criticar la diagramación del viaje, porque esto es un mundial, y uno se mueve al compás de los partidos, el turismo es secundario, eh!). Lo único que agregaré acá es que, además del gratificante almuerzo en Burger King (que igual no le llega ni a los talones a Burger fuel), cada vez aprecio más el hecho de que seamos 3 para manejar, lo que permite una constante salida del Cuchu a la cancha, permitiéndonos descansar luego de aproximadamente 200 km (se me hace difícil pasar a las horas) de manejo cada uno.
A eso de las 18.30 hs arribamos a la Ciudad de Taupo, ubicada entre montañas y a orillas de su lago tocayo, al cual descubrimos con mucho agrado apunta la ventana de nuestra habitación, instalada a escasos pasos del mismo. Descargamos la camioneta y salimos para recorrer las calles de éste pintoresco pueblo, para descubrir con asombro que acá verdaderamente se respeta a rajatabla eso de cortar todo e irse a casa después del laburo, porque la verdad parecía una ciudad fantasma, con el 95 % de los locales cerrados incluso todavía siendo de día, lo que resultaba mucho más bizarro e inexplicable. También nos llamó la atención la gran amplitud de las calles y veredas (que al estar vacías parecían incluso más grandes), y la presencia de una importante cantidad de restoranes arquitectónicamente similares a los de Argentina (grandes salones, mesas adornadas, etc), muy distintos a los sucuchos que veníamos viendo en las otras ciudades.
Lo único que nos quedó por hacer fue pegar una pasada por los siempre interesantes supermercados, donde nos maravillamos con la variedad de productos exóticos para nuestros ojos, y decidimos armar una suculenta picadita, que ingerimos con agrado en nuestro costero hotel, teniendo además la oportunidad de catar un vino Neozelandés de la región de Marlborough, recomendado enfáticamente por los muchachones del Nelson Rugby Club, que al final no terminó siendo gran cosa. Terminamos la velada degustando unas jugosísimas manzanas (de una variedad seleccionada entre las 4 desconocidas variedades de manzanas rojas que vimos en el super) y unos sorbos a nuestro ahumado y escocés amigo.

Hasta la próxima.

PD1: Agregué al final un videíto con el funcionamiento de la lámpara sin switch, para que mueran de envidia. 
PD2: Estoy recibiendo muchos reportes de intentos fallidos de comentar en el blog. Por favor avísenme que error les aparece, o comuníquense con Emi que les va a saber solucionar el problema.


















4 comentarios:

  1. Grande Rober! No te dejes amedrentar y nunca más sueltes ese volante!
    Para los que tengan problemas con los comments podrán evacuar sus dudas enviandome mensajes a la siguiente dirección:
    emibap+chupalalp [arroba] gmail [punto] com
    (reemplazar el texto entre llaves por sis correspondientes símbolos)

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  2. Ahora queremos ver fotos de los 3 haciendo turismo aventura eh... basta de retratar la comida !!!!!

    pd1: esa bola de panceta era el desayunooo ?????
    pd2: se agradece la foto con el cartel de Nursery!
    :)

    Besosssssssss
    Nurs.-

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  3. Jean Paul esas lamparas estan en nuestro pais hace rato!!!

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  4. Hola Juanpi: Tres cosas: 1) Festejamos la vuelta de Rober al volante. Y vemos tambien que se las banca, solo y en esas extrañas tierras. 2) La introducción del reporte 9 referida al héroe del grupo es digno del nobel de literatura 3) Casi nos hacés llorar con la mención de la vieja cancha del Pincha Campeón.- Es cierto que estamos muy exigentes. Es para ponerte a prueba y obligar a superarte.Nosotros disfrutamos. Besos.

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