28-09-11:
Febo aún no se había dignado a desplegar sus áureas caricias
sobre los terrenos que serían testigos mudos de sus hazañas, y el aire se
encontraba enrarecido con una electricidad estática y una calma en extremo
pasmosa, anunciando inequívocamente la tormenta adrenalínica que se avecinaba, pero esas pequeñeces no serían capaces de
intimidar a nuestro héroe, que enfiló para el volante con la misma seguridad
que Luke Skywalker se dirigió a la guarida de Jabba the Hutt, sabiendo que
estaría en completo control de todo lo que sucedería de ese momento en adelante…
Y así fue como nuestro héroe regresó al volante del motorizado vehículo (luego de un franciscano desayuno), para depositarnos con
perfección Suiza nuevamente en la ciudad
de Picton, donde abordaríamos una vez más el ferry que nos regresaría a Aoteroa
(nombre Maorí de la Isla Norte). Tal era la confianza que le teníamos (lo
aclaro para los que los difamadores después no digan que me ensaño con mi ídolo
Rober… lo que es el populismo…) que tanto el colo como su servidor se durmieron
casi inmediatamente luego de abrocharnos el cinturón, por lo cual el pobre se
tuvo que comer todo el trayecto de 2 horas sin copiloto ni charloteador…
(mentira, al menos yo duré lo suficiente como para sacarle un par de fotos a la
especísima bruma que tuvimos que atravesar en uno de los segmentos más jodidos
del camino, pero ni eso probó ser suficiente para detener las proezas del
Rober). (del paisaje no comentaré porque fue el mismo que recorrimos ayer)
Como teníamos algo de tiempo antes de abordar, decidimos
aprovechar para recorrer un poco el centro de la portuaria ciudad, tarea que
resultó ser tan sencilla (consiste en 2 cuadras pobladas por pequeños negocios,
que además estaban casi todos cerrados, ya que apenas eran las 9:15…) que
tuvimos que encarar para un barcito con la intención de ampliar nuestro escaso
desayuno. Colito siguió con su onda light, entrándole a un enorme bowl de café
con leche, acompañado por un muffin de frambuesas, mientras que Rober y Yo
compartimos una delicada obra de arte, digna de las más afamadas academias
gastronómicas gourmet, consistente en la fina mixtura de: un salteadito de
porotos, pollo (de granja obviamente), puré de batatas y posiblemente alguna
salsa bien grasosa, todo armoniosamente envuelto en crocantes lonjas de panceta
(proveniente también de chanchos de granja orgánica, eso ya ni se duda).
Regamos la delicatesen con dos generosos capuccinos, cuyos ingredientes, como
seguramente no estarán enterados quienes nos acusan de no cuidar nuestra
alimentación, provienen íntegramente de vegetales (el café es un vegetal,
también el cacao y la canela, el azúcar viene de la caña, y encima era rubia, y
para finalizar, su componente mayoritario es agua…) así que, si quieren pueden
vivir su ignorancia como les plazca, pero no quieran envenenar nuestras
virtuosas costumbres. Ah, también comimos un muffin de arándanos (ahí tienen
también, una fruta…).
Por suerte el ferry que nos cruzaría en esta oportunidad era
mucho más chico que el anterior, así que el cargado de los vehículos fue mucho
más rápido, reduciendo considerablemente el tiempo total del proceso cruzatorio
de canal. Pero el tamaño no era lo único distinto que presentaba la nueva
embarcación, también tenía la capacidad de transportar trenes completos,
poseyendo rieles internos que se continuaban desde el último punto del puerto.
Ah, otra cosa loca que tiene que ver con la conexión entre las dos islas es que
justamente existen cables de comunicación, corriente, etc que van desde una
costa a la otra, justamente para mantener bien enlazadas a las dos mitades del
país, y lo que también se continúa una vez que se cruza al otro lado es nuestra
molestísima amiga, la ruta 1, que aparentemente continúa hasta la punta misma
de la isla sur (al igual que nuestra ruta 3 continúa en tierra del fuego)
(ahora me pregunto, habrá cables de corriente bajo el agua para alimentar a
tierra del fuego?).
En cuanto a la travesía, tampoco hay mucho para agregar, ya
que es igual a la descripta en el reporte anterior, y además me la pasé
escribiendo (y mandando, porque el barco tenía internet) el reporte 8, así que
apenas salí de cubierta para recorrer la embarcación antes de que zarpara.
Llegamos al puerto de Wellington a eso de las 13.30 hs, e
inmediatamente tomamos la ruta 1 con rumbo norte, buscando como destino la
geográficamente central ciudad de Taupo, separada de nosotros por 360 km (o 5
horas de manejo, porque acá en lugar de expresar la distancia en kilómetros lo
hacen en el tiempo que uno tarda en recorrerlas, ej: si uno pregunta una dirección en la ciudad, te dicen:
caminá 5 minutos para allá, en lugar de decir 3 cuadras) (bah, creo que en casi
todo el mundo se habla así) de las mismas bellas pero molestas rutas que
habíamos recorrido para bajar desde Tauranga (y ahora no empiecen a criticar la
diagramación del viaje, porque esto es un mundial, y uno se mueve al compás de
los partidos, el turismo es secundario, eh!). Lo único que agregaré acá es que,
además del gratificante almuerzo en Burger King (que igual no le llega ni a los
talones a Burger fuel), cada vez aprecio más el hecho de que seamos 3 para
manejar, lo que permite una constante salida del Cuchu a la cancha,
permitiéndonos descansar luego de aproximadamente 200 km (se me hace difícil pasar
a las horas) de manejo cada uno.
A eso de las 18.30 hs arribamos a la Ciudad de Taupo,
ubicada entre montañas y a orillas de su lago tocayo, al cual descubrimos con
mucho agrado apunta la ventana de nuestra habitación, instalada a escasos pasos
del mismo. Descargamos la camioneta y salimos para recorrer las calles de éste
pintoresco pueblo, para descubrir con asombro que acá verdaderamente se respeta
a rajatabla eso de cortar todo e irse a casa después del laburo, porque la
verdad parecía una ciudad fantasma, con el 95 % de los locales cerrados incluso
todavía siendo de día, lo que resultaba mucho más bizarro e inexplicable.
También nos llamó la atención la gran amplitud de las calles y veredas (que al
estar vacías parecían incluso más grandes), y la presencia de una importante
cantidad de restoranes arquitectónicamente similares a los de Argentina
(grandes salones, mesas adornadas, etc), muy distintos a los sucuchos que
veníamos viendo en las otras ciudades.
Lo único que nos quedó por hacer fue pegar una pasada por
los siempre interesantes supermercados, donde nos maravillamos con la variedad
de productos exóticos para nuestros ojos, y decidimos armar una suculenta
picadita, que ingerimos con agrado en nuestro costero hotel, teniendo además la
oportunidad de catar un vino Neozelandés de la región de Marlborough,
recomendado enfáticamente por los muchachones del Nelson Rugby Club, que al
final no terminó siendo gran cosa. Terminamos la velada degustando unas
jugosísimas manzanas (de una variedad seleccionada entre las 4 desconocidas
variedades de manzanas rojas que vimos en el super) y unos sorbos a nuestro
ahumado y escocés amigo.
Hasta la próxima.
PD1: Agregué al final un videíto con el funcionamiento de la
lámpara sin switch, para que mueran de envidia.
PD2: Estoy recibiendo muchos reportes de intentos fallidos de comentar en el blog. Por favor avísenme que error les aparece, o comuníquense con Emi que les va a saber solucionar el problema.
PD2: Estoy recibiendo muchos reportes de intentos fallidos de comentar en el blog. Por favor avísenme que error les aparece, o comuníquense con Emi que les va a saber solucionar el problema.
Grande Rober! No te dejes amedrentar y nunca más sueltes ese volante!
ResponderEliminarPara los que tengan problemas con los comments podrán evacuar sus dudas enviandome mensajes a la siguiente dirección:
emibap+chupalalp [arroba] gmail [punto] com
(reemplazar el texto entre llaves por sis correspondientes símbolos)
Ahora queremos ver fotos de los 3 haciendo turismo aventura eh... basta de retratar la comida !!!!!
ResponderEliminarpd1: esa bola de panceta era el desayunooo ?????
pd2: se agradece la foto con el cartel de Nursery!
:)
Besosssssssss
Nurs.-
Jean Paul esas lamparas estan en nuestro pais hace rato!!!
ResponderEliminarHola Juanpi: Tres cosas: 1) Festejamos la vuelta de Rober al volante. Y vemos tambien que se las banca, solo y en esas extrañas tierras. 2) La introducción del reporte 9 referida al héroe del grupo es digno del nobel de literatura 3) Casi nos hacés llorar con la mención de la vieja cancha del Pincha Campeón.- Es cierto que estamos muy exigentes. Es para ponerte a prueba y obligar a superarte.Nosotros disfrutamos. Besos.
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