Día 7:
Como podrán imaginar, dado el retraso en la entrega del
reporte del día 6, los excesos (si, acostarme a las 2.30 con un par de tragos
es un exceso para mi…) de la noche anterior impidieron la normal coordinación cerebro-manos, imprescindible para lograr una coherente narración de los hechos
acaecidos, por lo cual, luego de un tardío amanecer (a eso de las 11 am)
tomamos nuestro nutritivo desayuno (menos el colo obviamente) y salimos a disfrutar
del peronista día que Yavé se había dignado a regalarnos, sin una nube en el
firmamento (podríamos haber tildado de gorila recalcitrante la jornada de ayer,
pero la victoria albiceleste la hizo mutar al menos a una calificación de
centroizquierda…). (ah, hablando de albiceleste, todavía no puedo creer que
empatamos con los cuasi descendidos cuerBos de San Descenzo de Amargo, que
desgracia…).
Nos subimos al trueno azul, y después de recorrer los pocos
puntos que nos faltaban del pequeño casco central de la ciudad (imagínenlo como
completar todo el tablero del pac man, comiéndose hasta la última píldora mágica
y no dejando ni un fantasma), encaramos para el Monte Victoria, ubicado en uno
de los extremos de esta acogedora capital, al cual arribamos luego de atravesar
un claustrofóbico túnel y recorrer las espiraladas calles que conducen hasta
su cima, las cuales están pobladas de adorables casas colgadas de empinadísimos
precipicios. En el punto de mayor altura del monte pudimos disfrutar de una
vista que subyuga por completo la ciudad, tanto la sección de la bahía central, donde
está el centro y todo lo que veníamos viendo, como los suburbios, zonas fabriles
y hasta el aeropuerto, ubicados al otro lado del pico. Allí nos cruzamos con una
pareja argentina que residen en Wellington desde hace un par de años, los
cuales nos enteraron de interesantes datos de la vida en la misma, como por
ejemplo: el sueldo mínimo es de unos 3500 kiwis, lo que deja bastante bien
parados a estos hijosdeputa, ya que, a pesar que las cosas están un poco más
caras que en argentina, la relación ingresos/costos que tienen es al menos 3
veces superior a la nuestra. Eso sí, los tomates a 10 dólares que vimos en el
supermercado que se los fumen ellos, yo no los pago ni cobrando como sueldo kiwi.
Ahora, en qué carajo gastan la plata escapa al poder de mi imaginación…
Bajamos el monte por una calle distinta (en cuanto al
recorrido, porque las curvas, el paisaje y las casas eran idénticas) (para dar
crédito a sus arquitectos, lo que les falta en originalidad de diseño lo
compensan con el ingenio a la hora de ubicar las casas en los más impensados
lugares), y regresamos a la zona céntrica para visitar un interesante y
completísimo museo de la historia del rugby argentino, muy bien puesto por una
asociación que ahora no recuerdo como se llama, pero es algo de veteranos del
rugby, etc, ubicada en el lobby de un modernísimo edificio público (el espacio
se los cedió cancillería, que, hay que reconocerlo nuevamente, está haciendo un
laburo de puta madre para promocionar la marca argentina). Allí tuvimos una
visita guiada personalizada por uno de los fundadores de la asociación, quien
nos contó infinidad de anécdotas de todas las épocas, haciendo especial énfasis
en defenestrar a los retrógrados dirigentes que todavía se oponen al
profesionalismo del rugby, específicamente los de CUBA, institución en la cual
muchos espacios todavía están prohibidos para el sexo femenino (el ascensor por
ejemplo) (igual, no me parece tan mal esa medida, que hagan algo de ejercicio
las vagas de mierda…). También nos confirmó la versión que anda dando vueltas
con respecto a que nadie mueve un dedo en la UAR sin consultárselo a Pichot, lo
cual tampoco me parece mal, ya que si no fuese él seguramente sería algún
carcaman antireforma. Ah, me olvidé de mencionar que camino al museo realizamos
esta vez una pasadita por el hotel Intercontinental, al cual recientemente habían
arribado los All Blacks, en cuyo lobbie tuvimos la oportunidad de sacarnos una
foto con Ma´a Nonu, lo más parecido al alien de Depredador después del
inolvidable Tana Umaga.
Dejamos el lugar luego de saludar nuevamente con Marcela,
quien estaba encargada justamente del stand argentino allí ubicado, y
encaramos, siendo ya las 3 de la tarde, para un local de KFC la hasta ese
momento esquiva cadena de pollo frito, en cuyo logo la cara del coronel nos
venía haciendo guiños desde que pisamos tierras neozelandesas. Comimos hasta
reventar los grasosos pero inigualablemente apetitosos manjares, y, como no
pudimos terminar todo, decidimos embolsar los restos para darle una segunda oportunidad en la habitación a la noche.
Con la preciada carga en el auto, nuestro siguiente destino fue
la Unión Neozelandeza de Rugby, ubicada en un modernísimo edificio a unos pocos
metros del estadio, en la cual realizamos una visita guiada, también casi
exclusivamente para nosotros, ya que tuvimos como compañeros a dos parejas de
joviales escoceses, quienes se bancaron como duques las caballerosas gastadas
que les propinamos. El mencionado tour tuvo la particularidad de, además de
recorrer la historia de los All Blacks en su totalidad, con sus trofeos, camisetas,
etc, etc, mostrar los lugares de trabajo efectivos de los integrantes del staff
de dicha Unión y de los todonegros, pasando hasta por la sala de trabajo de los
entrenadores, lugar en el cual casi nos afanamos un hermoso chalequito que
colgaba de la silla de Graham Henry, el head coach.
Abandonamos con apuro ese impresionante lugar, portando los
pintorescos pasaportes rugbísticos que allí nos obsequiaron, con el objetivo de
llegar antes de las 17 (supuesto horario de cierre) a nuestro amado local de
Canterbury, con la intención de despedirnos y agradecerle por tantas alegrías.
Tal era la fiebre consumista que teníamos, que llegamos a tirar un trote
furioso para recorrer las últimas 3 cuadras que nos separaban desde el punto de
estacionamiento y el ansiado local, lo que probó ser doblemente ridículo cuando
nos enteramos que seguía abierto hasta las 18… Con la satisfacción del deber
cumplido, y habiendo recorrido también por segunda vez el caretísimo shopping
Kirkcaldie & Stains (muy similar a Harrods, en el cual, además de las
carísimas marcas mencionados el día anterior, también pudimos ver una buena
cantidad de interesantes y originales artículos, destacándose unas tazas cuyos
diseños se modificaban de acuerdo a la temperatura de los fluídos en su
interior (había una con la cara de Van Gogh que perdía su oreja cuando se
llenaba con líquido caliente, y otra con Enrique octavo y sus difuntas mujeres,
que desaparecían ante el mismo estímulo). Tuve que resistir la tentación de
aplicar el ya gastadísimo “ya fue”, contrarrestándolo con la máxima
zambayonística “todo no se puede tener…”.
Finalmente de regreso en el hotel, organizamos la primera
lavada de ropa, valiéndonos del servicio de máquinas a moneda que allí ofrecen, matando el tiempo de espera con una sesión de gimnasio y pileta,
amenizado por la repetición del partido de los pumas, donde pudimos apreciar
que los escoceses tenían algo de razón en protestar por el off side en la marca
de Felipe en el último drop, pero mucho no nos importó. Completada la femenina
labor, luego de un doble ciclo de secado, subimos a la habitación para ingerir las
abundantes frituras del coronel que nos habían quedado del almuerzo, y nos
dispusimos a preparar los bolsos ya que mañana la partida del ferry que nos
llevará a la isla sur está programada para las 7 am (bah, esa es la hora del
último check in).
Chau.
PD1: Antes de olvidarme, y totalmente fuera de contexto,
quiero dejarles la impresión que hasta ahora tenemos de los habitantes de este
increíble país. Se trata de gente de primera, siempre con una sonrisa en la
cara (no sólo los vendedores, toda la gente va con la mueca fija, saludando
cuando uno les pasa cerca), y demostrando una actitud servicial pocas veces
vista. El lado malo, que siempre está, es la casi absoluta falta de criterio que
presentan. Por ejemplo, el día del partido, cuando con el colo intentamos comprar
unas cervezas, fuimos increíblemente rechazados por la vendedora que nos pidió
una identificación, que lamentablemente no
portábamos en ese momento. Qué se yo, es cierto que tenemos rostros
angelicales, pero, ya peinando algunas canas en mi barba (inequívoca señal de
adultez, que se contrapone con las pelotudeces que escribo) se me hace increíble
que no puedan pensar un poco antes de cumplir las reglas a rajatabla. Suerte
que después nos las pudo conseguir el adulto responsable del grupo, que sí tenía
ID, pero zafó de la inspección de todos modos. Como ésta ya sufrimos varias
(que no me acuerdo ahora, pero créanme que eran bien bizarras), lo que me lleva
a formular las siguientes hipótesis:
1-Hay una aristocracia pensante que controla todos los
movimientos del país, sirviéndole todo en bandeja a los corkos ciudadanos que
no tienen más que hacer lo que se les dice, sin desviarse ni un milímetro de
dichos mandatos.
2-Para llegar a semejante grado de perfección no se puede
confiar en el criterio ni la creatividad de la gente común, ya que tarde o
temprano alguno va a decidir para el orto ocasionando males mayores a lo bueno
que puede salir de la simple aplicación del sentido común en trivialidades como
lo de la birra.
Dichas hipótesis no son mutuamente excluyentes. Un dato que
ilustra muy bien lo implacables que son a la hora de cumplir las reglas lo
vimos en la ruta, donde pudimos apreciar como los carteles rezaban frases como “máxima
velocidad permitida 100 km/h, no se acepta ningún tipo de excusa…)
PD2: Desde el comienzo del viaje habíamos estado preocupados
por cómo nos íbamos a adaptar al acento de los locales, el cual es bastante
cerrado, asemejándose bastante al de los escoceses por ejemplo. Por suerte, a
pesar de que nosotros hablamos inglés de la zona de Massachusets, perfeccionado
por algunos posgrados en la Sioux Academy of English, la cosa viene bastante
bien, estamos sacándonos el óxido día tras día, incrementando nuestra capacidad
de entender y comunicarnos de manera asombrosa.
JP, esta semana el tomate llegó a los 20 pesos en Buenos Aires...
ResponderEliminarOtra: Rober con la toalla a la cintura, en el lavadero y leyendo una revista titulada "Women´s Day"... sin palabras. Sin dudas es el talismán
ResponderEliminar.....por ésta vez dejo pasar el comentario agresivo sobre mi querido Cuervo por parte de la gente del rasinclub....solo quiero resaltar la vista que tiene su arquero, que mira como pega la pelota en todos los palos....ahora que se concentren en el clásico con indesingente.....
ResponderEliminarAlberto
PD:...y yo que me levanté solo para verlos en la tribuna y se ponen al lado de la cámara.....a ver si con Giorgia dejan de chupar un par de horas antes y consiguen ubicación enfrente.....abrazos y saludos.....
Juanpi : No paro de reirme de tus comentarios y anécdotas. Indudablemente la pluma es lo tuyo.
ResponderEliminarAhora ... ensañarse a si con el pobre Rober no !!
Primero el cuento del episodio de la multa , tan detallado y avergonzante ,que estará de boca en boca entre tus fans, y ahora la foto en el laundry !! Too much !!
Salgo en su defensa !!
La Sra. de Rober
Basta de photoshopear imágenes en el gym... no era necesario exponer al Colo haciendo ejercicio después de las toneladas de hamburguesas y pizzas devoradas y los incalculables litros de cerveza y whisky consumidos!!! Lo de "Ver para creer" ya es fundamentalismo a raja tabla!!!!!
ResponderEliminarEl Alemán
Envidia, sanisima, pero envidia al fin. Que bueno todo lo que estas viviendo. Gran diario de viaje ademas. Ahora te hago un pedido, si te lo cruzas a O´Gara, dale un puntapie en la entrepierna de mi parte.
ResponderEliminarAbrazo.
Damian Longo (Marido de Fiorella Russo)
Juanpi: Te envío un comentario en el blog en cada reporte.No sé si los recibis. Mis limitaciones en tecnología están a la vista. Por si no te llegan te diré que estamos felices de compartir este tan Espléndido viaje. Nos enriquece un montón los relatos y las fotos que a la vez van acompañando los relatos y tener casi un documental del viaje. No sabés lo que esperamos el reporte 6. Entramos cien veces al correo. Besos al grupo, También bancamos a Rober después de ver como se desenvuelve en la lavandería (Ver para creer). Para vos nuestro cariño de siempre.Besos. Bocha y Graciela.
ResponderEliminarJP
ResponderEliminarPrimera impresion manonu o como se escriba es un enano peor q el magico o el diego armando, salvo q de los 2 estan pasados en kg, ud sabra cuales!!!!
El jueves pasado en el entrenamiento con el magic/baby le comente q la verdad estoy sorprendido de como escribis, una caja de sorpresas mr, mis respetos para con su escritura y datos historicos.
Insisto big red pinta para idolo de cabecera, toalla en cintura mas foto mas el alcohol que presupongo bebe, idolooooooo.
Orgasmico el local Canterburry??? Solo el logo me enloqucio
Los chicos Vity y Ricky como ya sabran salieron en foto primer plano en cancha llena!!!!
Grande la foto con albanese en el relato del partido estaba como loco a los gritos cuando no faltaba nada xa q no hagan penales!!!
Que sigan los reportes y si chupalalonelyplanet!!!!!
Saluda a colores de mi pte
Abrazo
Mona
Muy bueno, sólo unos comentarios:
ResponderEliminar- la descripción "adorables casitas" es MUUUUUUYYYYY GAAAAAAAYYYYYYY!!!
- pero la frase "que hagan algo de ejercicio las vagas de mierda" es MUUUUUUUUUYYYYYY MACHISTAAAAAAAAAAAAAA!!! (igual me sentí un poco identificada.....)
Besos, Charo