Esta página nace para complacer los deseos de mis incontables y susceptibles seguidores, quienes no podrían vivir sin sus indispensables relatos, apoyados en décadas de estudio y maestría en diversas disciplinas (bah, todas en realidad). Ellos saben que nadie como yo puede contarles, y explicarles (en un léxico a la altura de su comprensión, para lo cual tengo que rebajarme bastante) (y hasta cometo adrede algunos errores de ortografía, para que no se vean tan inferiores), cómo son las cosas en las lejanas comarcas que tengo en suerte visitar. De mas está aclarar que confían ciegamente en todo lo que les transmito, y obviamente nunca se les ocurre intentar verificarlo por la whiskypedia, opiniones de terceros, y mucho menos apelando a su decadente experiencia personal...

octubre 03, 2011

Día 14: Bajando las revoluciones


03-10-11: 

Tal cual lo habíamos planificado, para eso de las 7.15 ya estábamos con la camioneta bien cargadita, listos para escapar ráudamente de la nada recomendable ciudad de Palmerson North ( que en realidad no es taaaaaaaaan asquerosa, pero al lado de todo lo que veníamos viendo quedó como irse de fin de semana largo a Pujato).
Con Rober al volante, nos adentramos en desconocidas tierras atravesadas por las indómitas rutas 3 y 4, de menor calibre que la 1, siendo además menos transitadas, un poco más sinuosas (y eso es mucho decir) y pasando además por zonas mucho más rurales, lo que de todos modos no nos impidió observar en casi cada intersección de las callecitas con la ruta a varios niños con uniformes escolares esperando que el bondi los pasara a buscar. Según nos dijo un kiwi, la educación es casi 100 % pública y gratuita, pero aun así los hacen usar uniforme. Lo que no es gratis es la universidad, que cuesta unos 6000 kiwi $ al año, pero el estado tiene un sistema de créditos para estudiantes, a devolver después de recibidos, sin interés, a menos que te vayas del país, caso en el cual comienza a correr un interés bastante bajo de todos modos.
Recorrimos unos 200 km de verdes colinas pobladas por blancas ovejitas, cuando arribamos a una estación de servicio perdida en la ciudad de National Park, en cuya tienda, atentida por un servicial Apu, nos tomamos unos cafés calentitos (muy necesarios porque hacía frío y acababa de largarse una tenue garúa, y de paso Rober aprovechó para no perder la costumbre y se compró un gorrito con orejeras. De ahí en adelante estuve a cargo del manejo, teniendo que soportar la embestida de un fuerte temporal que  disminuyó aún más nuestra lenta velocidad crucero. Por el camino pasamos por la ciudad de Waitomo, muy promocionada en los folletos turísticos por su amplia variedad de ofertas de turismo aventura, cómo la visita en kayak a unas cuevas donde hay unos gusanos fosforescentes en las paredes (glow worms o algo así), y el descenso en rapel por unos altos y estrechísimos desfiladeros, los cuales si no me equivoco aparecen en la poco memorable última versión de King Kong (justamente en la parte que la expedición se mete en dicho lugar, y es casi enteramente devorada por insectos gigantes…), pero las incesantes precipitaciones nos impidieron siquiera intentar disfrutar de dichas actividades, por lo que seguimos camino sin dudarlo, pasando por pueblos con nombres tan divertidos como "Putatutia" y similares.

Para eso de las 13 hs arribamos a nuestro destino, la supuestamente populosa ciudad de Hamilton. Dejamos las valijas luego de hacer el check in, no pudiendo evitar notar que se trataba de un hotel bastante superior a los que veíamos visitando (el organizador Rober se había guardado la frutilla para el final…), y bajamos rápido para buscar un lugar en donde almorzar. El azar nos llevó a una especie de merendero orientaloide, ubicado en la calle Victoria, principal arteria comercial de la ciudad, donde pudimos saciar con creces nuestro apetito devorando los ya repetidísimos fish and chips (rober), y un plato de arroz, verduritas, pollo, y una sopa china bastante suculenta (el resto), acompañado en mi caso por un rarísimo jugo de coco tostado (medio que salí empatado esta vez con el intento raro…).
Ya más relajados, nos dedicamos a recorrer primero el centro de la ciudad, la cual nos decepcionó un poco, ya que, además de ser chiquito y bastante fiero, también presentó la extraña característica de parecer vacío, obligándonos a preguntarnos nuevamente dónde carajo están los kiwis, y de qué mierda viven, porque los negocios están siempre vaciós, y hay que tener en cuenta que estamos en pleno mundial, así que ni me quiero imaginar lo que será normalmente. Recorrida toda la zona céntrica, agarramos nuestro vehículo y nos fuimos a conocer las zonas residenciales, donde la cosa mejoró un poco, especialmente en las partes cercanas al río (Waikato, cual otro podía ser), dónde pudimos ver a algunos alumnos de secundario practicando el típico remo de varias personas que se ve en las pelícluas yanquis (o inglesas).
Aprovechamos también para disfrutar, antes de que cerrara, de unos suculentos fecas en un localcito de los suburbios,  donde nos tomamos el tiempo necesario para ojear los diaros locales, en los cuales, además de seguir llorando por Carter, también leímos una nota que demostraba que algo de miedo tienen por el choque con nosotros (lo que justificaría la cantada de la hinchada puma de “tas cagaaaaado, all black estás cagaaaaadoooo, all black estás cagaaado, all black estás cagaaaaaaaaaaaaado…”, lo cual nos huniésemos creído si no estuviera dicha nota seguida por varias otras que decían que los pumas van a tener que mostrar todas sus garras para ganar, etc, etc, etc. Encima, la noche anterior, en un programa de tele tipo el de fantino (pero sin gatos kiwis), en el cual los comentaristas eran ex all Blacks de la talla de Andrew Mehrtens, Sinzam Brooke y Sean Fitzparick, salió Graham Henry tan tranquilo diciendo que los pumas eran un rival “interesante” (dicho de una manera que parecía estar declarando: “creo que les vamos a jugar con la camiseta roja y dorada de entrenamiento” [la cual obviamente ya se encuentra dobladita en la valija del Rober]), lo que deja bien en claro cómo se sienten ante el partido que se avecina.
Ya con la china bajándonos la persiana casi sobre nuestras narices (desubicados nosotros tratando de tomarnos un cafecito después de las 17…) nos fuimos nuevamente a orillas del río, aprovechando para recorrer una linda zona tupidamente vegetada, con lindos senderos de trote, bici o rollereada, bordeando las tranquilas aguas. Terminamos nuestro turístico recorrido en nuestro habitual destino, el amigable supermercado Countdown, donde compramos algunos refuerzos para realizar una picada nocturna, ya que veníamos arrastrando insumos desde hacía rato, los cuales debían ser consumidos sí o sí esta noche.

Finalizamos la tarde-noche con una sesión de gimnasio-sauna-hidromasaje en el hotel, intercambiando en la burbujeante tina nuestras impresiones de este fascinante país con unos galeses, quienes, además de revelarnos lo confiados que están en llegar a la final (cosa que también veo bastante posible), también nos pasaron algunos datos interesantes, como la noticia de que acá supuestamente los sueldos son bajos, siendo en Australia aproximadamente 10 veces superiores, con igual costo de vida, lo cual nos pareció cuando menos difícil de creer.
Regresamos a la habitación, y a eso de las 21 realizamos nuestra simple pero no menos sabrosa cena de sanguchitos de jamón y queso con papas fritas, para luego dedicarnos a ver por última vez la repetición de la final del rugby league (por dios, que deporte de mierda, no le encuentro ningún tipo de justificación).

Hasta mañana, el último día.

PD1: gracias por los mensajes de apoyo y los pinchaderiles alentándonos a quedarnos, pero lamentablemente es asunto cerrado, nos volvemos. Igual, yo sé que el pedido que nos quedemos a ver los cuartos es en realidad una vil escusa camuflada para poder seguir recibiendo diariamente mis incomparables reportes…
PD2: Nurs, en la foto de las garrapiñadas, el colo le estaba diciendo al kiwi que cambiara la palabra “bags” por “bolsas”. Fue muy divertido ver como el tipo iba copiando lo escrito en el cartel de la izquierda en el de la derecha, teniendo que frenar para mirar cada letra que debía escribir…
PD3: Que tristeza haber empatado con los red bitters...























7 comentarios:

  1. hasta la vuelta gordito, que pasen las ultimas horas felices, ma

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  2. juampi,, vamos a extrañar tus interesantisimos reportes. Fueron el comentario del domingo en el campo.
    beso grande!!! nos vemos! meme

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  3. JP, no pensaste en dejar Lab. PAUL para pasar a engrosar las filas de TN junto a Mario Markic escribiendo los guiones del programa "en el camino"??? Sos un muy buen reportero de viajes.-

    Un abrazo! Alicinha y flia.-

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  4. Juanpi: Veremos el partido todos comodamente desde nuestras tele. Sïiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiii vamos a extrañar tus comentarios y fotos (a propósito el último reporte no tenía fotos, me quedé con las ganas de ver el gorrito con orejeras). Buen regreso, podés seguir con los reportes en Bs.As. Así no extrañamos tanto.-
    Fuera de broma, espléndido el material que enviaste, un cronista de lujo, descripciones, comidas, apreciaciones, impresiones, cultura (consulté varias veces la wiquipedia), deporte, entretenimientos, etc. etc. Nuestros saludos a tus muy buenos compañeros de viajes.
    Un beso grande y nuestro cariño de siempre. Bocha y Graciela desde Dorrego.

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  5. Uuuuuuuuuuuuuuuuffffffff, qué lástima que se cortan los reportes! Se me habían hecho adicción... ¿Y si entre todos los lectores ponemos plata para financiar las travesías, y recibimos los informes????? Con el cagazo que le tengo a aviones y barcos, y lo reacia que soy a los viajes en general, me estás haciendo conocer el mundo de la manera que más me gusta: sentada en el living de mi casa!!!
    Besos y muy buen retorno, Charo

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  6. Hola Juampo, muy interesantes, amenos y pintorescos todos tus reportes........ los voy a extrañar.... que pasen muy lindo el último día de estas inolvidables vacaciones y tengan un excelente viaje de regreso.
    Un besote

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